viernes, 25 de enero de 2008

La Epifanía

2008-01-06
Editorial
La Epifanía

Celebramos este domingo la Solemnidad de la Epifanía, que entendemos como la manifestación de Jesús al resto de la humanidad que no formaba parte del pueblo de Israel. Esta primera Epifanía del Señor, que luego se unirá a sus Epifanías a Juan el Bautista, en el Jordán, y a la de sus discípulos en el milagro de Caná de Galilea, nos presenta a un Cristo que se hace uno en todos, para que todos sean uno en El.

Los Magos de Oriente, hombres sabios y miembros de una casta que participaba del poder terrenal, salen en pos del Mesías, siguiendo su estrella, y, al encontrarlo, se postran ante él para rendirle honor y gloria, ofreciéndole los regalos que resumían su condición de Dios, hombre y rey, en el incienso, la mirra, y el oro.

Nosotros, fieles todos, al igual que los Magos, nos presentamos ante nuestro Salvador, no con regalos materiales, sino con un corazón contrito y un propósito de enmienda firme, para vivir conforme a la voluntad del Padre y para reconocer, en cada instante de nuestra existencia, que Cristo es el verdadero Camino, la Verdad, y la Vida.

Que esta oportunidad de conmemorar su manifestación a los Magos sea, también, para nosotros, una Epifanía personal de Jesucristo en nuestra propia historia, y el cayado recio que ayude a afirmar nuestros pasos por este peregrinaje terreno hacia la patria definitiva que es la eternidad con Dios.

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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