viernes, 29 de mayo de 2009

Pentecostés

2009-05-31
La Voz del Pastor
Pentecostés

La Iglesia nos invita a vivir este tiempo de fin de Pascua en perspectiva paulina, ya que hemos dedicado este año a reflexionar y vivir momentos especiales en torno a la figura de San Pablo. Pienso que es bueno tratar de descubrir el elenco paulino de la acción del Espíritu Santo y todo lo que esta tercera Persona de la Santísima Trinidad hizo en la persona de San Pablo.

Podemos descubrir en la Carta a los Gálatas en dos ocasiones, cómo Pablo emplea el término “judaísmo”, para referirse a todo aquel sistema de vida moral, religiosa y civil que le había fascinado y cautivado anteriormente. En el judaísmo, Pablo encontró una primera realización de su espiritualidad. En ese contexto Pablo se presenta como un encarnizado perseguidor de la Iglesia naciente. Él había intuido que, aquel grupo socialmente irrelevante de personas que hablaban de Cristo muerto y resucitado, venía a presentarse como una seria amenaza para la religiosidad y espiritualidad judaica. El había tomado las medidas necesarias para combatir aquella amenaza que, para combatirla, era necesaria una decisión rápida de medidas que impidieran el crecimiento de ese grupo.

El problema iba más lejos de lo intuido desde el judaísmo, ya que los cristianos en lugar de construir su propia justicia, su propia identidad, como había hecho Pablo, ponían sorprendentemente su confianza en un personaje del que aseguraban que había muerto y resucitado, y al que fiaban toda iniciativa o, más aún, la administración de sus propias vidas. Se sentían urgidos a estar con Cristo Jesús, a moverse, a vivir, a desarrollarse en el contexto de Cristo, en contacto con él, perteneciendo a él; todo lo demás se volvía, para ellos, desconcertadamente secundario.

De ahí que podamos decir que la oposición era de tipo espiritual. Los cristianos oponían una espiritualidad cristocéntrica, cimentada en Cristo como absoluto, a la espiritualidad antropocéntrica de Pablo, construida echando mano de la Ley.

El tránsito de Pablo de la condición de judío a la de cristiano estuvo determinado por el descubrimiento de Cristo. Una vez que se hubo encontrado con Cristo muerto y resucitado, Pablo se ha visto apresado, asido por él, y ahora se da cuenta de que su vida ha cambiado: los núcleos de su personalidad se han puesto en movimiento y está siendo objeto de reajuste.

Ahora bien, esta decisión es interior, que se produce en lo más hondo. Se trata de una concepción antropológica distinta, incluso, como si se le hubiera dado la vuelta. El elemento más típico de este cambio radical reside en que, mientras que antes se sentía el responsable, el gestor activo, el protagonista determinante de su vida, ahora, sorprendentemente, se pone en las manos de otro. Se confía a Dios y reconoce que ha sido precisamente Dios quien lo eligió desde el vientre de su madre, para darle a conocer a su Hijo (Gal. 1,15-16).

Toda esta experiencia nos ayuda a comprender y nos da luces para responder a la llamada de Dios, quien nos elige y nos pone en camino, desde nuestra posición de cristianos para responder con fidelidad a las mociones del Espíritu que van forjando nuestras vidas desde una perspectiva dinámica para que Cristo sea amado, conocido y servido por todos.

Debemos recordar que es difícil expresar lo que cada uno siente cuando es desenraizado de su realidad para iniciar un nuevo caminar, todo esto se lo debemos a la acción del Espíritu del Señor que viene a arrebatarnos de nuestra comodidad para lanzarnos a una aventura interesante que debe tener una buena dosis de generosidad y docilidad para ir allá donde el Espíritu quiera llevarnos y hacer nuestra la obra de Dios en la recreación de la humanidad.

Vivimos tiempos muy especiales donde la temporalidad es lo que cuenta, por eso es necesario dejarse llevar por las mociones del Espíritu. Claro que somos personas de costumbres y con facilidad nos vamos acostumbrando a lo rápido, a salir del paso, a saber que todo lo que hacemos hoy puede darse o no y no pasa nada a la hora de vivir el compromiso; pero no podemos seguir en esa tónica, debemos despertar a la realidad que nos impulsa al compromiso y a la permanencia constante, si lo vivimos de esa manera superaremos las mediocridades de nuestros personajes actuales, ya que ellos, con facilidad rompen sus compromisos, pues no dejan actuar al Espíritu en sus vidas; confían demasiado en sus propias fuerzas y terminan por claudicar ante cualquier amenaza, por muy pequeña que sea. Es necesario saber descubrir la fuerzas especiales que el Espíritu va inspirando en nuestro tiempo para no dejarla pasar y responder con serenidad y fidelidad a todo lo que el Señor espera de nosotros.

Invoquemos a María, nuestra Madre, para que nos acompañe en nuestro caminar, como lo hizo con los apóstoles, es esa espera consciente y temerosa hasta que el Espíritu les dio la fuerza necesaria y la valentía para hacer frente a las realidades del momento.

Que el Dios de la Vida siga enviando su Espíritu a nuestros pueblos para cambiar el rumbo de nuestra historia y hacer más impactante y deseosa de vivirla a plenitud desde las mociones del Espíritu Santo.

Mons. Pedro Hernández Cantarero
Obispo del Vicariato Apostólico de Darién

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Patrimonio histórico y natural

2009-05-31
A tiro de piedra
Patrimonio histórico y natural

Panamá tiene un patrimonio natural e histórico muy rico, que es muy poco apreciado por los nacionales. Quizá por eso, algunos capitalistas ávidos de más dinero, lo depredan y destruyen sin piedad, sólo con el avieso fin de enriquecerse.

Conjuntos monumentales, sitios históricos, edificios, selvas, ríos y playas, sucumben ante la avaricia de los desalmados. Que traen progreso, nos dicen; pero lo que vemos es ruina, después de que pasan. Son como aquel guerrero del lejano Oriente, a quien se le atribuye la siguiente frase: “por donde pisa mi caballo, no crece la hierba”. Pero, al menos, Atila el huno era bárbaro, en una época de bárbaros; pero estos nuevos vándalos, no tienen excusa, porque se supone que viven en un mundo ahora civilizado.

Atroz es el daño que se inflige al Casco Antiguo, porque más de un bellaco quiere hacer millones, sin importarle un comino la historia ni la ley. Lo que supuestamente es el atractivo de su “negocio”, lo destruye indolentemente. ¡Vaya empresario! Lo mismo ocurre con los manglares adyacentes al Corredor Sur, refugio de aves y otros animales silvestres, que se destruye para levantar mansiones y construir un campo en el que algunos dispendiadores de fortuna, matarán el tiempo metiendo una pelotita en un hoyo.

Ni los adefesios que se erigen en Bella Vista, barrio asesinado arquitectónicamente, ni los palacetes que se construyen en el Casco Viejo disfrazados de estilo colonial, ni los campos de golf diseñados por famosos golfistas, son más bellos que las edificaciones originales o la naturaleza viva en el manglar. ¿Por qué destruir, cuando se puede conservar? ¿Acaso no les da el ingenio para armonizar lo histórico y lo natural, con el desarrollo de un negocio? Quizá haya que reenfocar la forma en que se llenará la caja registradora, con la plusvalía que puede generar la valorización futura y la conservación, pero ese intento bien puede redimir, con creces, el sacrificio inicial.

Frente a tanto abuso y aparente impunidad, la comunidad despierta; las voces se levantan; y las acciones civiles se multiplican. Autoridades y capitalistas depredadores están en la mira, y sus bellaquerías poco a poco son puestas al descubierto. Así como en un tiempo surgió la Asociación Panameña de Crédito, para detectar a los malapagas y proteger al empresario de los avivatos, también surgirá, y espero que muy pronto, una asociación que lleve un registro de los depredadores de nuestro patrimonio histórico y natural, para protegernos de ellos. Que se sepa quiénes son, y que esta información se comparta con el resto del mundo, dentro y fuera de nuestras fronteras.

La conservación y la protección de nuestros patrimonios natural, histórico y cultural es asunto de todos. Si asumimos esta tarea como un deber cívico, contribuiremos a salvaguardar la creación que Dios, con su poder, y el hombre, con su talento, han hecho para hacer la vida humana más agradable y bella.

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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Ley inmoral, no es ley

2009-05-31
Editorial
Ley inmoral, no es ley

El propósito de toda ley es normar, bajo la justa razón y lo que rectamente corresponde, cualquier situación o hecho que deba tutelar, para garantizar el bien común de la sociedad. Su finalidad, por tanto, tiende a darle igualdad al débil frente al fuerte, y a evitar los abusos de los poderosos sobre el resto de la población.

Con el intento fallido de ciertos diputados que intentaban recibir dinero del estado, más allá del periodo que le fijó la última reforma constitucional, se puso de manifiesto la torcedura de la ley a favor de unos cuantos, y en detrimento de la mayoría representada en los contribuyentes. Muy pocas voces, si no una, se levantaron en el seno del Órgano Legislativo. No así fuera de ese círculo, donde el inmoral acto provocó el rechazo y la censura.

Toda ley que atente contra la moral está muy lejos de ser una ley buena. Si su objetivo es beneficiar a unos pocos, a costa de los muchos, pierde su sentido de búsqueda del bien común. Peor aún si se impone, porque sólo obtendrá la legalidad en su forma, pero, jamás, la legitimidad que nace de la esencia que otorga la justicia y la rectitud moral que la hace buena y aceptable a los ojos y la conciencia del resto de la sociedad.

Tras esta experiencia, esperamos que se haya aprendido la lección, y que ésta motive a otros grupos de privilegiados a renunciar a las prebendas y los privilegios que un día, por la imposición de una norma, le fueran otorgados sin otro propósito que beneficiarlos en menosprecio del sentir y el bienestar de la comunidad panameña.

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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Paz frágil

2009-05-31
El Ojo del Profeta
Paz frágil

La paz entre los seres humanos y las naciones, se fundamenta en el respeto mutuo y en la deposición de todo gesto amenazante. Toda diferencia, para que sea resuelta de manera pacífica, debe contemplar esos dos elementos, y recurrir al diálogo como forma civilizada para la solución de los conflictos. Y todo acuerdo negociado, también, debe fundamentarse en la justicia y en la aceptación libre de su contenido por cada una de las partes.

Cuando la amenaza, el chantaje y el poder de hacer daño se utilizan para someter al otro, entonces estamos expuestos a un peligro de consecuencias impredecibles. La fragilidad de la paz en la península coreana, constituye un riesgo para la humanidad, por la intimidación del uso de armas nucleares que, so pretexto de defenderse, hace una de las partes. No hay mensaje de paz en esas acciones; mucho menos una muestra sincera de querer buscarla. El resto del mundo debe reaccionar con más decisión, para evitarnos la hecatombe que se vislumbra en el horizonte, y que, hoy, se soslaya por posiciones políticas e ideológicas acomodaticias, que ningún bien parecen hacerle al resto del mundo.

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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viernes, 22 de mayo de 2009

Fiesta de la Ascensión: ¡Comienza nuestra tarea!

2009-05-24
La Voz del Pastor
Fiesta de la Ascensión: ¡Comienza nuestra tarea!

La cincuentena pascual nos ofrece la oportunidad de adentrarnos en el misterio de Jesucristo, Señor y Mesías.

En la celebración litúrgica de hoy podemos asomarnos a otra faceta de lo ocurrido en la Pascua: su gloriosa Ascensión.

Disponemos de tres relatos en el Nuevo Testamento que expresan cómo la generación apostólica vincula su misión con el triunfo de Jesús Resucitado.

Estos relatos son:
• Lucas 24, 44-53
• Hechos 1,3-12
• Marcos 16, 9-20

Los primeros dos relatos tienen el mismo origen, por tener a Lucas como su autor, pero tienen diferencias que reflejan distintos intereses teológicos.

En el texto evangélico (Lc.24, 44-53) el propósito es vencer las dudas, el miedo y la incredulidad que todavía paralizan el corazón acobardado de los discípulos. Ellos tienen una misión por delante, que no podrán realizar hasta tanto no reciban “la fuerza de lo alto”. Deben aguardar con paciencia el cumplimiento de la promesa. Entonces, y sólo entonces, podrán ser testigos hasta los últimos rincones de la tierra. La Ascensión completa el ciclo de las apariciones del Resucitado e inicia el tiempo de la Iglesia, que por medio de la acción del Espíritu Santo deberá dar testimonio valiente y gozoso de Jesús.

El texto de los Hechos (Hechos 1,3-12), obra que completa según la indicación lucana el relato evangélico del mismo autor, refleja también una situación nueva: es necesario salir al paso de “doctrinas secretas” que se remiten a informaciones verbales del Resucitado a otros distintos de aquellos que han sido constituidos sus testigos (Hch. 1,8). Por eso es necesario emplazar el tiempo exacto (40 días) de las apariciones con carácter oficial. Nos encontramos, pues, ante el esfuerzo de la generación apostólica por mantener intacto el testimonio de “los testigos”, lejos de las especulaciones gnósticas cuya pro-ducción literaria alimentada por la fantasía ponía en riesgo la pureza de la fe.

En el texto de Marcos (Mc 16. 9-20) la Ascensión del Señor pone de relieve una nueva forma de presencia más allá de las apariciones que hasta ahora han tenido lugar. Esta modalidad que inaugura con su Ascensión se expresa en la palabra de la predicación apostólica, en el Espíritu que anima y fortalece a los testigos, en las acciones de poder frente a las fuerzas del mal y, sobre todo, en la certeza de que no estaban solos, porque el Señor “colaboraba con ellos”.

La tarea iniciada hace más de dos mil años no ha concluido, ni en extensión geográfica ni en la calidad de vida cristiana de quienes confesamos a Jesús Mesías como nuestro Salvador. La tarea inconclusa reclama hoy a todos los cristianos un nuevo impulso misionero capaz de abrazar a todos: los cercanos y los alejados; los que buscan a Dios, y los que viven sin Dios; los que comparten nuestra fe y los que siguen otros credos.

Con el gozo pascual, todavía a flor de piel, dispongámonos como los primeros discípulos a proponer con renovado fervor a Aquel cuyo nombre es sinónimo de paz y reconciliación. “Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos” (Hechos 4,12).

Mons. Aníbal Saldaña Santamaría
Obispo Prelado de Bocas del Toro

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Nos dejaron sin plata

2009-05-24
A tiro de piedra
Nos dejaron sin plata

Desde que tengo uso de razón, en cada cambio de gobierno el entrante se queja que el saliente no le dejó plata. Parece ser una regla política, que no tiene “acabadero”. Por estos días volvemos a escuchar ese canto, lo que indica que poco cambio veremos en ese sentido.

Antes de continuar debo aclarar, o más bien recordar, porque lo escribí antes de las elecciones, que ni me declaré loco, ni cholo, ni chocho. A ninguno le di mi voto, porque ninguno era de mi preferencia para el cargo presidencial. Así que nada me une ni me mueve a odiar a quien ganó, o a quienes perdieron; ni tengo razón para defender ni justificar las acciones de ninguna de las partes.

Cuando Marco Robles terminó su presidencia, le dijeron que hasta las vajillas de Palacio se llevó. Yo era un niño de primaria, pero recuerdo algunas cosas y hechos, aunque no los haya comprendido del todo. Fueron las elecciones de 1968. Mucha convulsión, disparos, robo de urnas, disturbios. Mucha arenga en la radio y acusaciones de toda clase. Alegría desbordante cuando Arnulfo Arias se “sentó en la silla”. A los pocos días, ya no teníamos presidente. Muy pocos alumnos llegamos a la escuela aquel día del golpe; quizá porque antes, la escuela siempre quedaba cerca de la casa de uno. La Guardia Nacional en la calle, armada hasta los dientes. Se hablaba bajito, como para que no supieran que se estaba en contra de la “tumbada de Arnulfo”. Después, los largos años de dictadura, y la lucha juvenil desde la escuela secundaria, hasta la invasión de 1989. La metamorfosis de “hijo predilecto” a “sedicioso”.

Al subir Guillermo Endara, todos sabíamos que el país estaba sin plata. Mucho desempleo, empresas quebradas o descapitalizadas, exiliados, golpeados, perseguidos, arruinados. Los billetes apenas podían tocarse, porque se deshacían en las manos. Cuentas bancarias restringidas a un retiro de 25%. Nada comparable a lo de hoy. Pero Endara no se quejó; trabajó. Ese sí que no tenía plata, pero no se quejó. ¿Por qué se quejan los que suben ahora?

Otro que no escuché quejarse por plata fue Ernesto Pérez Balladares. El Toro le dio continuidad a muchos de los proyectos que dejó Endara, aunque sí culpó al gobierno de éste de otros males.

Mireya Moscoso se quejó que el Toro no le dejó plata, y que se la había gastado en obras públicas, que estaban mal hechas. Cuando subió Martín Torrijos, también éste se quejó que Mireya no le dejó dinero. Le recriminó que inauguró obras sin concluir. Ahora que se va, los ministros designados por Ricardo Martinelli, se quejan que no le dejan plata. También hay quejas sobre las obras que avanzan a tambor batiente, para inaugurarse rápido.

¿Qué ha cambiado de nuestra política? ¿De nuestra clase partidista? Repito, por ninguno voté para presidente, pero espero que el gobierno, como institución, se dedique a trabajar y no a quejarse. Al fin y al cabo fue elegido para cambiar las cosas; y, con plata o no, tiene que cumplir sus promesas. Está por empezar y poco podemos decir ahora; pero, en un par de años, cuando los locos recuperen la cordura, aplaudirán o empezarán a pasar factura. Entonces, posiblemente, los cuerdos volveremos a ser más.

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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Prominencia noticiosa

2009-05-24
Editorial
Prominencia noticiosa

El avance de la tecnología de las comunicaciones ha transformado la manera de informarnos y comunicarnos, a tal punto que, desde hace más de una década, el proceso de comunicación se ha impuesto sobre la información tradicional. Ahora, más que nunca, el público responde y participa casi a la par que recibe la difusión de los hechos.

La transformación es tan profunda, que el lenguaje de la comunicación impone, con mayor fuerza, ideas, modelos y formas de conducta. La responsabilidad ética de los medios, por tanto, constituye, hoy por hoy, uno de los elementos esenciales en el manejo de la información y la exposición de los acontecimientos. El medio, además del mensaje, pasa a ser la cultura misma.

Por todo eso, la prensa y los medios de comunicación deben replantearse el método, el contenido, y la forma de comunicar. Hace menos de una semana, por ejemplo, Panamá vivió dos acontecimientos prominentes: el encuentro de la selección nacional de fútbol con la de Argentina, y el aislamiento del virus de la influenza A (H1N1). Sin embargo, fue el deporte el que mereció la primera plana.

Al celebrar este domingo la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, bien vale reflexionar sobre las ideas que aquí planteamos. Cómo, cuándo y por qué decidir la prominencia de la noticia, de acuerdo a lo que edifica, instruye e influye en el público de manera permanente. Este es el desafío. ¿Sabremos afrontarlo?

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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Integración humana

2009-05-24
El Ojo del Profeta
Integración humana

Aunque en lo humano somos iguales en derechos y dignidad, las barreras culturales, sociales y físicas imponen diferencias, que crean un ambiente de diversidad entre la población del planeta. La forma en que se asuma esa diversidad, y se acorten las distancias impuestas por aquellos obstáculos, es determinante para la integración de todas las personas en el desenvolvimiento cotidiano de la sociedad.

El encuentro latinoamericano de indígenas con discapacidad visual es una muestra de ello. La población indígena, que sufre la marginación social y cultural, en carne viva, ya de por sí está en desventaja. Si a ello le sumamos la discapacidad física, como el caso de los no videntes, nos da el resultado de un empeoramiento grave. Sin embargo, el crecimiento espiritual y la solidaridad humana de las personas, pueden derribar esas barreras y construir una sociedad más integrada. Es en este campo que se ha de trabajar con tesón, aunque la corriente actual del mundo sea destruir la fe.

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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viernes, 15 de mayo de 2009

Un reconocimiento de los sufrimientos de los cristianos de Tierra Santa

2009-05-17
Ventana Pontificia
Un reconocimiento de los sufrimientos de los cristianos de Tierra Santa

Publicamos la homilía que pronunció Benedicto XVI en la tarde del martes 12 de mayo, al celebrar la misa en el Valle de Josafat junto a unos seis mil fieles. Era la primera vez que un Papa celebraba la Eucaristía al aire libre en la Ciudad Santa.

Queridos hermanos y hermanas en el Señor:

"Cristo ha resucitado, aleluya". Con estas palabras os saludo con gran afecto. Doy las gracias al patriarca Fouad Twal por sus palabras de bienvenida en vuestro nombre, y ante todo, expreso también mi alegría al estar aquí para celebrar esta Eucaristía con vosotros, Iglesia en Jerusalén. Nos hemos reunido aquí bajo el Monte de los Olivos, donde nuestro Señor rezó y sufrió, donde lloró por amor a esta ciudad y a la que deseó que pudiera conocer "el camino de la paz" (Cf. Lucas 19, 42), y donde él regresó al Padre, dando su última bendición terrena a sus discípulos y a nosotros. Acojamos hoy esta bendición. Él os la imparte de manera especial a vosotros, queridos hermanos y hermanas, que estáis unidos en una ininterrumpida línea con los primeros discípulos que encontraron al Señor Resucitado al partir el pan, que experimentaron la efusión del Espíritu Santo en el Cenáculo, que fueron convertidos por la predicación de San Pedro y de los demás apóstoles. Saludo también a todos los presentes, y de manera especial a los fieles de la Tierra Santa que por varias razones no han podido estar aquí con nosotros.

Como sucesor de san Pedro, he recorrido sus pasos para proclamar al Señor resucitado entre vosotros, para confirmaros en la fe de vuestros padres e invocar sobre vosotros el consuelo que es el don del Paráclito. Al estar ante vosotros hoy, deseo reconocer las dificultades, la frustración, la pena y el sufrimiento que tantos de vosotros han soportado como consecuencia de los conflictos que han afligido a estas tierras, así como las amargas experiencias de desplazamientos que muchas de sus familias han conocido y --Dios no lo permita-- pueden aún conocer. Deseo que mi presencia aquí sea un signo de que no sois olvidados, de que vuestra perseverante presencia y testimonio son preciosos a los ojos de Dios y son un elemento de futuro para estas tierras. A causa de vuestras profundas raíces en estos lugares, de vuestra antigua y fuerte cultura cristiana y de vuestra perdurable confianza en las promesas de Dios, vosotros, cristianos de Tierra Santa, estáis llamados a ser no sólo un faro de fe para la iglesia universal, sino también levadura de armonía, sabiduría y equilibrio en la vida de una sociedad que tradicionalmente ha sido, y sigue siendo, pluralista, multiétnica y multirreligiosa.

Jerusalén en realidad ha sido siempre una ciudad en la cual resuenan lenguas diversas, cuyas piedras son pisadas por pueblos de toda raza y lengua, cuyos muros son símbolo del cuidado providente de Dios para toda la familia humana. Como un microcosmos de nuestro mundo globalizado, esta ciudad, debe vivir su vocación universal, debe ser un lugar que enseñe la universalidad, el respeto por los demás, el diálogo y la mutua comprensión; un lugar donde el prejuicio, la ignorancia y el miedo que la alimenta, sean superados por la honestidad, la integridad y la búsqueda de la paz. No debería haber lugar entre estos muros para la mezquindad, la discriminación, la violencia y la injusticia. Los creyentes en un Dios de misericordia --ya sea que se identifiquen como judíos, cristianos o musulmanes--, deben ser los primeros en promover esta cultura de la reconciliación y de la paz, por más lento que sea el proceso y más agobiante el peso de los recuerdos pasados.

Quisiera aquí referirme directamente a la trágica realidad --que no puede nunca dejar de ser fuente de preocupaciones para todos aquellos que aman esta ciudad y esta tierra-- de la partida en los tiempos recientes de numerosos miembros de la comunidad cristiana. Si bien hay razones comprensibles que llevan a muchos, especialmente jóvenes, a emigrar, esta decisión trae consigo como consecuencia un gran empobrecimiento cultural y espiritual de la ciudad. Deseo hoy repetir lo que he dicho en otras ocasiones: ¡en Tierra Santa hay lugar para todos! Mientras exhorto a las autoridades a respetar y apoyar aquí la presencia cristiana, deseo al mismo tiempo asegurarles la solidaridad, el amor y el apoyo de toda la Iglesia y de la Santa Sede.

En la iglesia del Santo Sepulcro, los peregrinos de cada siglo han venerado la piedra que, según la tradición, estaba ante la entrada de la tumba en la mañana de la resurrección de Cristo. Volvamos frecuentemente a esta tumba vacía. Reafirmemos allí nuestra fe en la victoria de la vida, y recemos para que toda "piedra pesada", colocada en la puerta de nuestros corazones bloqueando así nuestra completa sumisión al Señor en la fe, la esperanza y el amor, quede destrozada por la fuerza de la luz y de la vida, que resplandeció desde Jerusalén hasta todo el mundo en la mañana de Pascua. ¡Cristo ha resucitado, aleluya! ¡Verdaderamente ha resucitado! ¡Aleluya!

S. S. Benedicto XVI
Obispo de Roma

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El celibato sacerdotal

2009-05-17
A tiro de piedra
El celibato sacerdotal

Una vez más el tema es traído al debate público, y atacado con fuerza por algunos que no comprenden el compromiso, el alcance y el sentido de este requisito de la Iglesia Católica para sus ministros. No es un asunto de sexualidad, sino de fe. Allí está el error de quienes lo atacan.

A lo largo de dos milenios la Iglesia ha sido atacada por quienes no comparten la fe cristiana. Reyes, emperadores, autoridades religiosas de otros credos, poderosos de todo tipo, personas particulares. De todas partes ha venido ese ataque, que persiste hasta hoy. El modo de vivir de los cristianos, aunque es abierto, produce en otros la animadversión y el odio, por el simple hecho de contrariar la mentalidad y la manera de vivir del mundo.

La Iglesia está a favor de la unión del hombre y la mujer, bajo la fidelidad y la castidad de la vida conyugal. Un hombre para una mujer; una sola mujer para un hombre. Ambos tienen la responsabilidad de amarse mutuamente, formar familia, y cuidar y educar responsablemente a los hijos que Dios les dé. Sin embargo, para el sacerdote, la renuncia a la unión conyugal y a los bienes del mundo, es un compromiso que nace de la libre elección que, por la vocación, le conduce a abandonar todo aquello, para vivir, plenamente, el amor a Dios y al prójimo, sin ataduras ni afectos que se lo impidan.

Por eso, la vida célibe del sacerdote es imposible de comprender si se piensa fuera de la donación amorosa del hombre que decide, a semejanza de Jesús, renunciar a todo lo que un varón ansía como parte de su naturaleza carnal. No es pues una cuestión biológica o emocional, sino espiritual. Es fe; no sexualidad.

Lejos está la Iglesia de negar la naturaleza del hombre, de actuar con incomprensión hacia él, y de imponer un voto de celibato a quien no lo quiera sinceramente. Largos años pasa el aspirante al sacerdocio, para discernir sobre ése y otros compromisos inherentes al ministerio sacerdotal. No es algo que se produce a la ligera, ni que encadena o subyuga en contra de la voluntad de quien elige el sacerdocio. Pero, eso sí, hay reglas y procedimientos para dispensar del celibato a quien, con válida razón, pruebe que le resulta imposible seguir guardándolo.

Muchos son los sacerdotes que han recibido la dispensa del celibato, sin renegar de la fe o declararse en rebeldía contra la Iglesia. Se han sometido a las leyes de la Iglesia, para tal efecto; han esperado el tiempo necesario para recibirla; y continúan siendo fieles a la Iglesia viviendo en comunión con ella. Por el contrario, quienes optan por el camino fácil o rápido de irse al hecho, por el impulso y la emoción, sufren las consecuencias de tan insensato y apresurado acto. Es un camino ancho, comparado con el otro, que lleva a la perdición y al innecesario sufrimiento que bien puede evitarse, si el afectado se somete a lo que manda la Santa Madre Iglesia que, en su magisterio, sólo busca el bien de sus hijos.

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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Reciclaje

2009-05-17
Editorial
Reciclaje

El uso racional de los recursos del planeta implica un cambio de conducta por parte de los seres humanos. Desde las instituciones sociales, tales como: gobiernos, escuelas, gremios y asociaciones, hasta los propios individuos, existe responsabilidad en hacer uso racional de los recursos, sin desperdiciar ni acaparar, intencionadamente, lo que por derecho natural le pertenece a todo el conglomerado humano.

La reutilización de materiales y productos forma parte de una cultura nueva, que cada día cobra mayor vigencia. Aunque antiguo, el reciclaje constituye, en la actualidad, un acto sublime que se convierte en expresión de la búsqueda del ser humano de un mundo más comprometido y respetuoso con el ambiente y la ecología.

Toneladas de basura y desperdicios se producen en el orbe a diario, ensuciando y contaminando los ríos, la tierra, la atmósfera y los océanos. Es un mal que atenta contra la vida del planeta, incluyendo a nuestra especie, provocando daños que en no pocas ocasiones son irreparables. Tanta destrucción y flagelación resultan impropias del ser, que a semejanza de Dios, fue creado para dominar y amar la creación.

Al celebrar este domingo el Día Internacional del Reciclaje, queremos exhortar a todas las personas de buena voluntad, a despertar sus conciencias frente a este tema, para que, desde el cambio de conducta personal, coadyuvemos en la transformación de la mentalidad dispendiosa e indolente que prima en la actualidad al respecto.

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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Responsabilidad de todos

2009-05-17
El Ojo del Profeta
Responsabilidad de todos

Desde antiguo las plagas han golpeado a la humanidad, al extremo que algunas de ellas resultan en acontecimientos graves para poblaciones enteras. Pandemias como la viruela, el cólera y la influenza se cuentan, a lo largo de la historia, entre las más letales por su rápida propagación. Con la influenza porcina, que nos azota en la actualidad, se ponen a prueba el civismo y la solidaridad humana de cada uno de los panameños.

Es altamente necesario seguir las instrucciones de las autoridades de salud, incrementar las medidas de higiene en nuestro entorno cercano, y evitar el contagio, principalmente de la persona enferma a la sana. Esa es nuestra responsabilidad como hombres y mujeres responsables. Sería una falta grave si por desidia, o por indolencia, dejáramos de hacer lo que está a nuestro alcance, para evitar una mayor propagación de la influenza porcina que nos afecta.

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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viernes, 8 de mayo de 2009

Hacia una sociedad reconciliada

2009-05-10
La Voz del Pastor
Hacia una sociedad reconciliada en la justicia y el amor

Hemos vivido, a lo largo de casi dos años, momentos de entusiasmo, emociones, diferencias y choques políticos que han deteriorado el tejido social de nuestro pueblo ante el afán de conquistar el poder.

Hemos marginado el profundo sentido de pueblo y comunidad que nos une a todos los panameños, para entrar en el terreno quebradizo de peleas partidistas que han roto muchas alianzas de amistad, de compromisos sociales y laborales e incluso de relaciones y nexos familiares.

Y lo más funesto de esta lucha política en la promoción de los candidatos de los respectivos partidos, ha sido el triste resultado de conocer a esos candidatos no precisamente por sus virtudes sino por sus defectos, fruto de la propaganda negativa e insistente de que han sido víctimas de sus mutuos adversarios.

Hoy, concluidas las elecciones, están a nuestro servicio las principales autoridades que van a regir los destinos de la Patria durante los próximos cinco años. Por lo mismo urge, ante todo, una profunda y sincera reconciliación de todos los panameños en la justicia y el amor a fin de restaurar las relaciones de convivencia y armonía profundamente deterioradas durante esa larga campaña electoral.

Ahora bien, una sociedad bien ordenada y fecunda requiere gobernantes investidos de legítima autoridad, que defiendan las instituciones y consagren, en la medida suficiente, su actividad y sus desvelos al provecho común del país.

Por su parte, toda comunidad necesita una autoridad que la rija. Esta tiene su fundamento en la naturaleza humana. Es necesaria para la unidad de la sociedad. Su misión consiste en asegurar en cuanto sea posible el bien común de la sociedad.

Finalmente, el deber de obediencia impone a todos la obligación de dar a la autoridad los honores que le son debidos y rodear de respeto y, según su mérito, de gratitud y benevolencia a las personas que la ejercen.

Y a esas autoridades recién elegidas nos es grato dedicarles la más antigua oración de la Iglesia por la autoridad política que tiene como autor a S. Clemente Romano, tercer Papa:

Concédeles, Señor, la salud, la paz, la concordia, la estabilidad, para que ejerzan sin tropiezo la soberanía que tú les has entregado. Eres tú, Señor, rey celestial de los siglos, quien da a los hijos de los hombres gloria, honor y poder sobre las cosas de la tierra. Dirige, Señor, su consejo según lo que es bueno, según lo que es agradable a tus ojos, para que ejerciendo con piedad, en la paz y la mansedumbre el poder que les has dado, te encuentren propicio”.

Amén.

Monseñor Carlos María Ariz, C.M.F.
Obispo Emérito de Colón – Kuna Yala

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La zapatilla, la lata y el maletín

2009-05-10
A tiro de piedra
La zapatilla, la lata y el maletín

En los meses recientes esos tres artículos se han hecho populares, y han despertado el interés y la curiosidad de la gente. Tan populares se han hecho, que donde asomaba uno la cabeza, allí estaban. Tanto los mencionaron, que perdí la cuenta de las veces que escuché de ellos.

Cuando veía la publicidad de los útiles escolares, allí aparecían los maletines. Grande era la cantidad, que hasta las entidades gubernamentales y las empresas, las obsequiaban llenas de cuadernos y lápices. Los almacenes de calzados sacaban todos los estilos de zapatillas para las clases de gimnasia y, también, para los paseos veraniegos. De todos los estilos y colores se ofrecían, con la promesa de acomodarlas en cualquier pie y el uso para toda ocasión. Zapatillas para caminar, correr, jugar y presumir. De tela, de cuero, de vinilo. Zapatillas para todos los gustos y presupuestos. Hasta se podía sacar ventaja al adversario, al jugar a la lata con ellas.

Zapatillas, lata y maletín van juntos en no pocas ocasiones. Los partidos de birria, el fin de semana, ponen de manifiesto lo que digo. En el maletín, la vestimenta y los implementos deportivos. En la hielera, cualquier cantidad de latas. Las hay de soda, de jugo, de cerveza, de cuba libre, de malta y de maltín, y de otras bebidas. Completa el trío las zapatillas; ya sea para jugar, o sólo para presumirlas. Nunca faltan.

Los sábados, cuando salen de trabajar los obreros, los ve uno con su maletín al hombro y calzados con sus zapatillas de marca, en pos de una lata de cerveza. Los más sedientos hasta la encargan y salen con ella de la mano. Es un trío que va de aquí para allá, en la capital o el interior. Zapatilla, lata y maletín, juntitos se marchan al pindín.

El panameño moderno parece haber adoptado esta tripleta. El viernes se ha convertido en día informal en múltiples oficinas, y se llega a trabajar en suéter y zapatillas. Los que toman la tarde para ejercitarse en el parque o el gimnasio, las transportan en un maletín durante el resto de los días. Los que acostumbran a reunirse al final de la jornada semanal, se echan su maletín al hombro y, orondos y bien enzapatillados, llegan al bar y, entre lata y lata, comentan del acontecer cotidiano.

Dicen que las zapatillas son prácticas y cómodas; pero eso no se cumple en todos los casos. Un tío de mi mamá, que tenía juanetes, les abría huecos por los lados internos del pie, para que no lo torturaran. Un muchacho del barrio se paseaba con un maletín, todas las tardes, hasta que le descubrieron que dentro llevaba los objetos malhabidos que hurtaba de las casas donde lo dejaban entrar. Y el vecino que trabajaba como “bar tender” en los bailes populares, siempre traía una colección de latas de soda y cerveza, que el domingo repartía entre los inquilinos de la vecindad.

Tan alto han llegado la zapatilla, la lata y el maletín, que hasta han alcanzado fama más allá del conglomerado popular, convirtiéndose en venerados productos del entorno político; aunque, en esto, han sido dicha para unos, y desdicha para otros.

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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Jornada cumplida

2009-05-10
Editorial
Jornada cumplida

Salvo por algunos detalles hemos completado el proceso electoral, con una participación amplia de la población votante. En gran medida, también, se realizó el ejercicio del sufragio, en total orden y civismo. Con las excepciones de algunos incidentes en el traslado de unas cuantas actas y en el recuento de votos, tanto la actuación de los funcionarios electorales y de los representantes de los partidos, como los comicios se desenvolvieron de manera prístina y honesta.

El voluntariado electoral del pueblo panameño, que se constata en los delegados electorales, los miembros y jurados de mesa, y los observadores de la Iglesia Católica, representa un ejemplo altruista e imitable para la nuestra y las demás naciones de la región.

Queda ahora esperar la transición ordenada del gobierno, la espera paciente para asumirlo, y el ejercicio de una gestión gubernamental que, en los próximos 5 años, haga válidas y reales las principales promesas que motivaron a la ciudadanía a darle poder y mandato a quienes eligió como autoridades y gobernantes.

Confiamos en el cumplimiento de la palabra empeñada por nuestra clase política. Confiamos en el respeto mutuo que deben prodigarse los políticos del oficialismo y de la oposición. Pero más aún, confiamos en el ejercicio honesto, auténtico y diligente del papel y las funciones que le corresponde desempeñar a cada quien, se fíe de Dios y cumpla, fielmente, con su deber de persona de bien y ciudadano ejemplar.

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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Voto igualitario

2009-05-10
El Ojo del Profeta
Voto igualitario

El sufragio universal es una institución que garantiza la participación ciudadana en condiciones de igualdad y secreto, bajo el principio del derecho que le asiste a toda persona apta para ejercerlo, sin discriminación de condición étnica, social, política, sexual, o de creencia. Una persona, un voto.

Nuestro país ha dado pasos importantes en esta elección, para incorporar a ciudadanos, hombres y mujeres, que antes eran marginados por vivir en el extranjero, por estar detenidos en prisión, por verse recluidos en el hospital, o por, simplemente, tener limitaciones para desplazarse a causa de alguna discapacidad o edad avanzada. A ellos les hemos reconocido, en teoría y práctica, el derecho de ejercer el sufragio, para su incorporación plena al seno de la sociedad ciudadana. Aún faltan otros aspectos, para lograr un ejercicio real de la democracia participativa, y esperamos que, para la próxima ocasión, se den otros pasos firmes hacia el progreso de la democracia que queremos construir.

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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lunes, 4 de mayo de 2009

El Buen Pastor

2009-05-03
La Voz del Pastor
El Buen Pastor

Amados hermanos y hermanas en el Señor, hoy día del Buen Pastor, nos han solicitado reflexionar sobre la figura del Buen Pastor en nuestro tiempo. Es importante tomar consciencia de los procesos que lleva nuestro mundo y en todos los ámbitos de la sociedad y de la cultura se ha ido asumiendo en lenguaje y la literatura eclesiástica para dar a conocer aspectos que son propios de la vida laical en términos eclesiales. Es por esto que debemos tener cuidado, a la hora de asumir nuestro propio lenguaje de situarlo en el verdadero contexto eclesial y vivirlo desde lo que Dios nos propone cada día.

La figura del Buen Pastor la asumió Jesús, desde el Antiguo Testamento, como una realidad y figura muy propia de su persona. Jesús, desde el momento de su encarnación, es, actúa y vive como protagonista y consorte de toda la historia humana. Las diversas analogías empleadas por Él para indicar su propia realidad se pueden resumir en la de Buen Pastor. Esta figura indica su ser más profundo de Hijo de Dios hecho hombre, “ungido” y “enviado” por el Padre y por el Espíritu Santo. El obra como Buen Pastor: llamando, guiando, conduciendo a buenos pastos, defendiendo, es decir, anuncia la Buena Nueva, se acerca a cada ser humano para caminar con Él y para salvarlo integralmente. Finalmente vive hondamente el estilo de vida de Buen Pastor, que “conoce amando” y que “da la vida por las ovejas”, como donación sacrificial según su misión y mandato recibido del Padre.

Las actitudes internas de Cristo Buen Pastor arrancan de su ser y se expresan en su obrar comprometido. Su interioridad es un camino o vida de donación total: “camidad en el amor, como Cristo nos amó y se entregó por nosotros en oblación y sacrificio” (Ef. 5,2)

El amor del Buen Pastor a toda persona humana en su integridad, porque Él es “el plan de vida… para la vida del mundo” (Jn 6, 48-51). Su “pascua” hacia el Padre se realiza por medio de esta donación sacrificial que es pacto de amor o Alianza sellada con su sangre, como máxima manifestación del amor de Dios a todos los hombres. Jesús realiza la redención por medio de esta entrega de caridad pastoral inmolativa: “por eso el Padre me ama, porque doy mi vida para tomarla de nuevo… tal es el mandato que he recibido del Padre” (Jn 10, 17-18).

Esta realidad de Cristo Buen Pastor continúa siendo actual, no sólo por unos hechos y un mensaje que son siempre válidos, sino principalmente por la presencia de Cristo resucitado en la Iglesia y en el mundo. Cristo fue y sigue siendo responsable de los intereses del Padre y de los problemas de los hombres como protagonistas y consortes de su historia.

Viendo la figura del Buen Pastor en el ministerio sacerdotal, podemos decir que éste es signo transparente del Buen Pastor. El testimonio de caridad pastoral, que es parte integrante de la evangelización, supone relación personal con Cristo, seguimiento e imitación de sus actitudes de Buen Pastor. “En virtud de su consagración, los presbíteros están configurados con Jesús, Buen Pastor, y llamados a imitar y revivir su misma caridad pastoral” (PDV 21). El Buen Pastor conoce a sus ovejas, las guía acompaña, ama y da la vida por ellas (cf. Jn 10). El sacerdote no se pertenece; ha sido llamado para ser signo de cómo ama el Buen Pastor. Este signo, como transparencia de su caridad, no admite rebajas en la santificación y en la misión. Los doce apóstoles fueron llamados a dejarlo todo para compartir la vida con Cristo y para evangelizar sin fronteras.

Ahora bien en cada iglesia particular los sacerdotes ministros deben ser la pauta de toda vida apostólica de seguimiento radical de Cristo Buen Pastor.

Por eso, en esta fiesta especial, nosotros los miembros de este sagrado orden no podemos asumir con ligereza nuestra misión ministerial, ya que, como don de Dios, hemos asumido un compromiso con Cristo y con la Iglesia, llevando adelante la misión de Buen Pastor, aunque nos sintamos atraídos por otras realidades más llamativas y que nos hacen vivir otro tipo de protagonismos que no son coherentes con la llamada que hemos recibido por parte del Señor. Nuestra misión es real y concreta y no podemos dejarla de lado, ya que somos los únicos que debemos realizar esta obra, llevándola hasta las últimas consecuencias con nuestra propia vida. Esto parecería inhumano a los ojos humanos, pero es el proyecto que Jesús nos propuso y que nosotros, con libertad de espíritu, hemos asumido y pienso que es un deber moral el llevar adelante nuestro proyecto, que es el proyecto de Jesucristo Buen Pastor.

Yo invito a todos los fieles a elevar nuestra plegaria a Dios para que quienes hemos recibido la misión de ser Buen Pastor, seamos fieles, coherentes y honestos en nuestra misión para que la Iglesia siga manifestándose como signo de la misión que Jesús nos pudo en nuestras manos.

Mons. Pedro Hernández Cantarero
Obispo del Vicariato Apostólico de Darién

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Libertad de prensa

2009-05-03
A tiro de piedra
Libertad de prensa

El 3 de mayo de 1991 un grupo de periodistas africanos que participaban de un seminario auspiciado por la UNESCO, en Windhoek, capital de Namibia, promulgó una declaración a favor de la libertad de prensa y de la liberación de decenas de periodistas encarcelados en África, y propusieron la creación del Día Mundial de la Libertad de Prensa, acogido dos años después por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Recuerdo que ese mismo año de 1993, recién aprobado el día mundial, conversaba con Indalecio Rodríguez, antiguo profesor mío de periodismo, amigo, y uno de mis maestros en este oficio, sobre el acontecimiento de Windhoek y la decisión de la ONU. A la sazón me desempeñaba como presidente de la Asociación de Comunicadores Católicos, y decidí celebrar la fecha con algunos periodistas. Lo hice por algunos cortos años, hasta que, en una conversación con el colega y amigo Fernán Molinos, siendo él presidente del Forum de Periodistas, y yo, por entonces, presidente del Colegio Nacional de Periodistas, acordamos celebrar en fechas distintas la premiación anual de los periodistas del patio. Yo le sugerí la fecha del 3 de mayo, y el Colegio Nacional de Periodistas se quedó con la del 13 de noviembre, Día del Periodista en Panamá. Así cobró más realce la fecha del 3 de mayo en nuestro país.

Como tenemos elecciones generales el día 3 de este mes, la fecha quizá pase desapercibida para muchos. Para otros, sin embargo, no será así. El acontecimiento de Windhoek tiene, al menos, tres aspectos claros: defensa de la libertad de prensa; defensa de la vida y del ejercicio libre de la profesión periodística; y la independencia del periodismo frente a la injerencia gubernamental y el poder económico que intentan someter y controlar a los medios de comunicación.

La declaración de Windhoek expresa el sentir de cada periodista que ama su profesión. No se limita al poder de los gobiernos, sino que rechaza, también, el poder del capital privado que manipula y controla la información y los medios. Es un instrumento hecho por periodistas africanos, que representan, principalmente, a los periodistas del tercer mundo, donde el riesgo de ejercer la profesión es mayor, tanto en la propia vida como en la estabilidad laboral.

Si queremos una prensa libre tenemos, forzosamente, que defender el equilibrio que debe existir entre los poderes político y económico frente al derecho a la información y el ejercicio de un periodismo libre. Es necesario que se permita la asociación de los periodistas, principalmente en sindicatos, para evitar que el poder económico manipule la información a su antojo. Bastante hemos avanzado en la defensa de la libertad de prensa, pero mayormente favorece a los propietarios de los medios. Falta la otra parte, con la que aún estamos en mora. Sin periodistas libres, no habrá, nunca, prensa libre.

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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3 de mayo

2009-05-03
Editorial
3 de mayo

Nos abocamos en esta fecha a renovar las autoridades de la república, con la firme esperanza que nuestro pueblo demostrará su civismo y su vocación histórica de concordia y fraternidad; todo esto exigencia moral para cada ciudadano y, también, para la sociedad política panameña.

El camino de la democracia implica, en su dura marcha, mantener el paso firme en el sendero del respeto a la voluntad popular, a las ideas del contrario, y a los principios y valores sobre los que se forjó la nación. Desviarse de esa ruta supone, entre otras cosas, la traición a los ideales que dieron vida a la nación, y el desprecio a las virtudes que sustentan la conciencia de todo hombre y mujer que se considere ser humano a plenitud.

Lo que hemos pedido con insistencia en los largos meses que ha durado esta campaña política, lo reiteramos: que haya paz y concordia entre todos los electores, que los líderes de los partidos den el ejemplo de civismo y tolerancia que se espera de ellos y sus seguidores, y que podamos tener una jornada electoral civilizada y ejemplar en todo sentido.

Que nada empañe esta jornada del 3 de mayo, en lo que respecta a la obra y el comportamiento humanos. Que los triunfadores acepten con humildad el mandato que les da el pueblo, y que los perdedores reconozcan el resultado electoral con hidalguía y valentía. Eso anhelamos y eso esperamos de nuestra clase política, como primer compromiso electoral a cumplir.

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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Peligro sanitario

2009-05-03
El Ojo del Profeta
Peligro sanitario

La rápida propagación de la gripe porcina detectada en México, que ya ha causado varias muertes, ha puesto en alerta a los organismos de salud internacionales. El riesgo que se corre de que pueda convertirse en una pandemia, con consecuencias devastadoras para el mundo, es alto y entraña peligro. Incrementar al máximo posible las medidas sanitarias es, al menos, lo que cada estado y habitante de la región debe hacer, para salvaguardar la propia salud y la de sus vecinos.

Desde antiguo, las pestes y plagas han hecho estragos en la humanidad. Tanto los relatos bíblicos como la historia mundial dan cuenta de los efectos nocivos de tales hechos. Basta recordarlos, para imaginarnos a lo que nos enfrentaremos, si por desidia o por indolencia dejamos de colaborar en la prevención de la propagación del virus de la gripe porcina. Tomemos conciencia y cumplamos con el deber cristiano, y humano, de contribuir con las medidas sanitarias que se nos pide en este caso.

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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