2009-05-03
Editorial
3 de mayo
Nos abocamos en esta fecha a renovar las autoridades de la república, con la firme esperanza que nuestro pueblo demostrará su civismo y su vocación histórica de concordia y fraternidad; todo esto exigencia moral para cada ciudadano y, también, para la sociedad política panameña.
El camino de la democracia implica, en su dura marcha, mantener el paso firme en el sendero del respeto a la voluntad popular, a las ideas del contrario, y a los principios y valores sobre los que se forjó la nación. Desviarse de esa ruta supone, entre otras cosas, la traición a los ideales que dieron vida a la nación, y el desprecio a las virtudes que sustentan la conciencia de todo hombre y mujer que se considere ser humano a plenitud.
Lo que hemos pedido con insistencia en los largos meses que ha durado esta campaña política, lo reiteramos: que haya paz y concordia entre todos los electores, que los líderes de los partidos den el ejemplo de civismo y tolerancia que se espera de ellos y sus seguidores, y que podamos tener una jornada electoral civilizada y ejemplar en todo sentido.
Que nada empañe esta jornada del 3 de mayo, en lo que respecta a la obra y el comportamiento humanos. Que los triunfadores acepten con humildad el mandato que les da el pueblo, y que los perdedores reconozcan el resultado electoral con hidalguía y valentía. Eso anhelamos y eso esperamos de nuestra clase política, como primer compromiso electoral a cumplir.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org
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Editorial
3 de mayo
Nos abocamos en esta fecha a renovar las autoridades de la república, con la firme esperanza que nuestro pueblo demostrará su civismo y su vocación histórica de concordia y fraternidad; todo esto exigencia moral para cada ciudadano y, también, para la sociedad política panameña.
El camino de la democracia implica, en su dura marcha, mantener el paso firme en el sendero del respeto a la voluntad popular, a las ideas del contrario, y a los principios y valores sobre los que se forjó la nación. Desviarse de esa ruta supone, entre otras cosas, la traición a los ideales que dieron vida a la nación, y el desprecio a las virtudes que sustentan la conciencia de todo hombre y mujer que se considere ser humano a plenitud.
Lo que hemos pedido con insistencia en los largos meses que ha durado esta campaña política, lo reiteramos: que haya paz y concordia entre todos los electores, que los líderes de los partidos den el ejemplo de civismo y tolerancia que se espera de ellos y sus seguidores, y que podamos tener una jornada electoral civilizada y ejemplar en todo sentido.
Que nada empañe esta jornada del 3 de mayo, en lo que respecta a la obra y el comportamiento humanos. Que los triunfadores acepten con humildad el mandato que les da el pueblo, y que los perdedores reconozcan el resultado electoral con hidalguía y valentía. Eso anhelamos y eso esperamos de nuestra clase política, como primer compromiso electoral a cumplir.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org
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