2007-07-08
A tiro de piedra
La Peatonal de la Central
Cuando se convirtió el tramo de la Avenida Central desde las plazas 5 de Mayo hasta la de Santa Ana, de paso vehicular a peatonal, la intención primordial era la de crear un espacio abierto que sirviera los propósitos comercial, turístico, y recreativo. Tras más de una década, la pérdida del valor comercial y el poco interés que despierta la vía, hacen crisis y amenazan con ponerle fin a su carácter peatonal.
La presión de algunos comerciantes de la zona ha llevado a la actual autoridad alcaldicia a evaluar la posibilidad de devolver la avenida a su anterior condición de paso vehicular; medida que en poco o casi nada contribuirá a elevar las ventas de los establecimientos comerciales aledaños.
Para tener un indicio más certero de las causas que provocan el desinterés de la población en ir de compras a la peatonal, o utilizarla como sitio de esparcimiento, se impone preguntarle a los propios citadinos el porqué no la ven como un sitio atractivo para esos asuntos.
Desde que escuché la noticia de su probable eliminación como vía peatonal, le he preguntado a algunas personas su opinión acerca de la Avenida Central como sitio de compras y de paseo. La respuesta mayoritaria es la inseguridad que sienten de ir allá. También mencionan la falta de estacionamiento, para los que tienen automóvil; y los que no tienen, las dificultades para conseguir un taxi o la demora del viaje en autobús. Otras razones que dan, aunque en menor grado, es la calidad de la mercancía, y los precios similares a los centros comerciales. En este último punto salieron a relucir como fuertes competidores los locales de Los Pueblos de Juan Díaz y Albrook. Al preguntarles si irían a la Central si le devuelven el tránsito de vehículos, la respuesta casi unánime fue un rotundo no. Dicho en sus palabras: es una locura, porque agravará los tranques.
Mi ejercicio de consulta no es científico, pero es un indicador de la percepción que tiene actualmente el público sobre la Peatonal. Quién sabe el resultado que puede revelar una encuesta en propiedad, pero las respuestas que recibí de seguro que aparecerían en ella.
En mi opinión, la autoridad alcaldicia debe pensárselo muy bien antes de complacer a los que piden, sin un estudio previo, la eliminación de la Avenida Central como vía peatonal. Si el asunto es comercial, así no se resolverá; y si es político, entonces sería otra cosa que aquí no comentaré. El asunto a resolver es la seguridad en el área, los espacios para estacionar, el transporte eficiente, y la calidad de la mercancía y sus precios competitivos. Salvo los dos últimos, el resto compete a la autoridad. Que cada quien haga lo que le corresponda.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org
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A tiro de piedra
La Peatonal de la Central
Cuando se convirtió el tramo de la Avenida Central desde las plazas 5 de Mayo hasta la de Santa Ana, de paso vehicular a peatonal, la intención primordial era la de crear un espacio abierto que sirviera los propósitos comercial, turístico, y recreativo. Tras más de una década, la pérdida del valor comercial y el poco interés que despierta la vía, hacen crisis y amenazan con ponerle fin a su carácter peatonal.
La presión de algunos comerciantes de la zona ha llevado a la actual autoridad alcaldicia a evaluar la posibilidad de devolver la avenida a su anterior condición de paso vehicular; medida que en poco o casi nada contribuirá a elevar las ventas de los establecimientos comerciales aledaños.
Para tener un indicio más certero de las causas que provocan el desinterés de la población en ir de compras a la peatonal, o utilizarla como sitio de esparcimiento, se impone preguntarle a los propios citadinos el porqué no la ven como un sitio atractivo para esos asuntos.
Desde que escuché la noticia de su probable eliminación como vía peatonal, le he preguntado a algunas personas su opinión acerca de la Avenida Central como sitio de compras y de paseo. La respuesta mayoritaria es la inseguridad que sienten de ir allá. También mencionan la falta de estacionamiento, para los que tienen automóvil; y los que no tienen, las dificultades para conseguir un taxi o la demora del viaje en autobús. Otras razones que dan, aunque en menor grado, es la calidad de la mercancía, y los precios similares a los centros comerciales. En este último punto salieron a relucir como fuertes competidores los locales de Los Pueblos de Juan Díaz y Albrook. Al preguntarles si irían a la Central si le devuelven el tránsito de vehículos, la respuesta casi unánime fue un rotundo no. Dicho en sus palabras: es una locura, porque agravará los tranques.
Mi ejercicio de consulta no es científico, pero es un indicador de la percepción que tiene actualmente el público sobre la Peatonal. Quién sabe el resultado que puede revelar una encuesta en propiedad, pero las respuestas que recibí de seguro que aparecerían en ella.
En mi opinión, la autoridad alcaldicia debe pensárselo muy bien antes de complacer a los que piden, sin un estudio previo, la eliminación de la Avenida Central como vía peatonal. Si el asunto es comercial, así no se resolverá; y si es político, entonces sería otra cosa que aquí no comentaré. El asunto a resolver es la seguridad en el área, los espacios para estacionar, el transporte eficiente, y la calidad de la mercancía y sus precios competitivos. Salvo los dos últimos, el resto compete a la autoridad. Que cada quien haga lo que le corresponda.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org
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