2007-07-08
El Ojo del Profeta
Libre comercio con los Estados Unidos
La firma de un acuerdo de libre comercio entre nuestro país y los Estados Unidos de América es un hecho importante para nuestra economía, por el impacto que tendrá en la actividad económica interna y la relación comercial entre ambos países.
Un tratado de esa índole, especialmente con un país que tiene mayor capacidad productiva y de consumo, puede resultar beneficioso o perjudicial para nuestro pequeño país, en la medida en que podamos aprovechar sus ventajas o dejarnos vencer por las desventajas.
El mundo globalizado nos impone, a pesar nuestro, hacer este tipo de trato comercial, porque, de otra manera, nuestros productos de exportación estarían en una posición desventajosa frente a sus similares de los países que sí tienen acuerdos de libre comercio, y la importación de aquello que no producimos se encarecería a causa de aranceles más altos y de la ausencia del trato preferencial que suele otorgarse en condiciones de reciprocidad.
Nos corresponde, ahora, fiscalizar el desenvolvimiento de este Acuerdo de Libre Comercio con los Estados Unidos, para saber aprovechar las ventajas que ofrece y reducir la brecha de las desventajas que podamos tener al momento.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org
Ir a Panorama Católico Edición Digital
El Ojo del Profeta
Libre comercio con los Estados Unidos
La firma de un acuerdo de libre comercio entre nuestro país y los Estados Unidos de América es un hecho importante para nuestra economía, por el impacto que tendrá en la actividad económica interna y la relación comercial entre ambos países.
Un tratado de esa índole, especialmente con un país que tiene mayor capacidad productiva y de consumo, puede resultar beneficioso o perjudicial para nuestro pequeño país, en la medida en que podamos aprovechar sus ventajas o dejarnos vencer por las desventajas.
El mundo globalizado nos impone, a pesar nuestro, hacer este tipo de trato comercial, porque, de otra manera, nuestros productos de exportación estarían en una posición desventajosa frente a sus similares de los países que sí tienen acuerdos de libre comercio, y la importación de aquello que no producimos se encarecería a causa de aranceles más altos y de la ausencia del trato preferencial que suele otorgarse en condiciones de reciprocidad.
Nos corresponde, ahora, fiscalizar el desenvolvimiento de este Acuerdo de Libre Comercio con los Estados Unidos, para saber aprovechar las ventajas que ofrece y reducir la brecha de las desventajas que podamos tener al momento.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
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