2007-09-16
El Ojo del Profeta
Un sector en riesgo
La economía informal alcanza una porción significativa de la población económicamente activa del país. Algunos cálculos indican que casi dos tercios de esa población trabaja de manera independiente, pero no conocemos de datos precisos acerca del sector informal, aunque se sabe que es numeroso.
Con los cambios mundiales y locales el sector que subsiste en la informalidad económica está en riesgo. El alza en el precio de los productos, que se traduce en costo de insumos para los trabajadores de ese sector, que reciben ingresos por salario informal o por gestión propia, presagia un problema social que debe atenderse con urgencia. El urbanismo desenfrenado, que se apodera de zonas en las que la economía informal tiene mayor auge, también apunta hacia la exclusión y la desaparición de muchos pequeños empresarios y trabajadores por cuenta propia.
Dentro de la estrategia y los programas de desarrollo nacional que emprendamos de aquí en adelante, la incorporación de los trabajadores informales al empleo y la gestión empresarial es tarea fundamental. Todo obrero es digno de merecer su salario, y todo aquel que trabaja tiene derecho a comer y a vivir dignamente. Tengamos esto presente, y aboquémonos a darle solución propicia al problema que tenemos por delante.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org
Ir a Panorama Católico Edición Digital
El Ojo del Profeta
Un sector en riesgo
La economía informal alcanza una porción significativa de la población económicamente activa del país. Algunos cálculos indican que casi dos tercios de esa población trabaja de manera independiente, pero no conocemos de datos precisos acerca del sector informal, aunque se sabe que es numeroso.
Con los cambios mundiales y locales el sector que subsiste en la informalidad económica está en riesgo. El alza en el precio de los productos, que se traduce en costo de insumos para los trabajadores de ese sector, que reciben ingresos por salario informal o por gestión propia, presagia un problema social que debe atenderse con urgencia. El urbanismo desenfrenado, que se apodera de zonas en las que la economía informal tiene mayor auge, también apunta hacia la exclusión y la desaparición de muchos pequeños empresarios y trabajadores por cuenta propia.
Dentro de la estrategia y los programas de desarrollo nacional que emprendamos de aquí en adelante, la incorporación de los trabajadores informales al empleo y la gestión empresarial es tarea fundamental. Todo obrero es digno de merecer su salario, y todo aquel que trabaja tiene derecho a comer y a vivir dignamente. Tengamos esto presente, y aboquémonos a darle solución propicia al problema que tenemos por delante.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
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