viernes, 28 de septiembre de 2007

Mal Ejemplo

2007-09-16
Editorial
Mal Ejemplo

De la política al deporte hay una estrecha brecha que sólo los mantiene separados por el recorrido paralelo de ambas actividades. Cuando se tiene un pie en ambos lados, el perjuicio es seguro y las secuelas prolongadas. Las actitudes cotidianas de la primera, y sus vicios, nunca deben contaminar a la segunda.

A veces, sin embargo, hay situaciones similares en la una y la otra, que transgreden o violentan las reglas, pero que no se sancionan con la misma severidad y seguridad en la política y en el deporte. Tal es el caso de la gresca entre personajes de la política de Panamá Oeste, y la pelea en la cancha entre jugadores de las selecciones de fútbol de Panamá y Venezuela. Mientras que en el deporte tendremos la certeza del castigo por la conducta indecorosa y antideportiva, en la política criolla esa certidumbre es más quimera que realidad.

La actitud bochornosa de liarse a golpes, por parte de dos damas en pleno desfile, y de dos caballeros que las acompañaron, nos hace dudar que merezcan el tratamiento de respeto que en este escrito le damos. Demás está decir cómo deben actuar una dama o un caballero; más aún si representan al electorado o son funcionarios pagados con el dinero de los contribuyentes.

Esperamos de los involucrados una profunda reflexión y un firme propósito de enmienda. Los jugadores de la selección cumplirán con la sanción de las autoridades deportivas; las políticas y los políticos, que probablemente resulten sin castigo, deberán ofrecer la disculpa pública que corresponde, al menos para que merezcan ser llamados honorables o damas y caballeros.

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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