2007-09-30
A tiro de piedra
¿Abstinencia o condón?
Cada cierto tiempo, como una ola, salen algunos personajes a atacar toda opinión o comentario que favorezca el uso de la abstinencia, la práctica de la castidad, y el rechazo al condón o al aborto como método de control natal, o cualquier promoción del sexo libertino. En la mayoría de los casos son los mismos personajes, cuyos planteamientos se reconocen por el insulto y la ofensa hacia los cristianos, y más específicamente los católicos.
En sus escritos podemos detectar un estilo común: definen al catolicismo dentro de un concepto creados por ellos mismos, para facilitarse sus argumentos y su oposición. Es un cristianismo que se han inventado, y que ni siquiera se aproxima al cristianismo verdadero. Otro elemento de su estilo son los estereotipos y los prejuicios que, a lo largo de un par de siglos, los opositores al cristianismo, especialmente al catolicismo, han acuñado basados en leyendas y falacias hacia la inquisición, la Iglesia medioeval, la unión hombre mujer, la procreación, y la moral cristiana.
Desde hace un par de años analizo esos escritos, subrayando aquellas frases que resultan ofensivas, o que no coinciden con la doctrina y el dogma cristianos. Así he podido constatar que estos personajes, en su mayoría, escriben para atacar a la Iglesia y no para ilustrar sobre el tema. Si presentaran sus puntos de vista libre de insultos, aunque no los comparta, le reconocería, al menos, la buena intención de dar su aporte en un debate y una discusión que son necesarios.
Hay otro elemento en sus escritos: se presentan como defensores de la libertad y los derechos humanos; pero en sus comentarios le niegan esa libertad a los cristianos, y desconocen su derecho humano a practicar su fe en una creencia y manifestarla públicamente. ¿Qué autoridad moral tienen para exigir lo que no dan?
La mayoría de estas personas nos consideran fanáticos, ignorantes, anticuados, y de una mentalidad que la mayoría de la población, particularmente la juventud, no sigue o comparte. Si esto es así, ¿por qué se ocupan tanto de nosotros? ¿No será que es todo lo contrario a lo que afirman? Si somos locos, somos inofensivos. Ninguno se mete con un loco, a no ser que sea loco también. Si somos anticuados y de mentalidad atrasada, no debería haber peligro; máxime cuando a los jóvenes no le atraen esas ideas. ¿De dónde le viene la ira cuando manifestamos públicamente nuestras convicciones y creencias?
Si de algo estoy seguro es que no gastarían tiempo ni esfuerzo para combatirnos, si no nos vieran como un peligro para sus ideas y modo de vivir. Nadie teme al que no le puede hacer daño; y, en este caso, su temor los lleva a tratarnos con violencia y desprecio. Su miedo, entonces, es nuestra fuerza, y debemos continuar nuestra obra aceptando las persecuciones que todo cristiano debe sufrir por anunciar y defender la vida.
“Ni un busero más a la Asamblea”.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org
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A tiro de piedra
¿Abstinencia o condón?
Cada cierto tiempo, como una ola, salen algunos personajes a atacar toda opinión o comentario que favorezca el uso de la abstinencia, la práctica de la castidad, y el rechazo al condón o al aborto como método de control natal, o cualquier promoción del sexo libertino. En la mayoría de los casos son los mismos personajes, cuyos planteamientos se reconocen por el insulto y la ofensa hacia los cristianos, y más específicamente los católicos.
En sus escritos podemos detectar un estilo común: definen al catolicismo dentro de un concepto creados por ellos mismos, para facilitarse sus argumentos y su oposición. Es un cristianismo que se han inventado, y que ni siquiera se aproxima al cristianismo verdadero. Otro elemento de su estilo son los estereotipos y los prejuicios que, a lo largo de un par de siglos, los opositores al cristianismo, especialmente al catolicismo, han acuñado basados en leyendas y falacias hacia la inquisición, la Iglesia medioeval, la unión hombre mujer, la procreación, y la moral cristiana.
Desde hace un par de años analizo esos escritos, subrayando aquellas frases que resultan ofensivas, o que no coinciden con la doctrina y el dogma cristianos. Así he podido constatar que estos personajes, en su mayoría, escriben para atacar a la Iglesia y no para ilustrar sobre el tema. Si presentaran sus puntos de vista libre de insultos, aunque no los comparta, le reconocería, al menos, la buena intención de dar su aporte en un debate y una discusión que son necesarios.
Hay otro elemento en sus escritos: se presentan como defensores de la libertad y los derechos humanos; pero en sus comentarios le niegan esa libertad a los cristianos, y desconocen su derecho humano a practicar su fe en una creencia y manifestarla públicamente. ¿Qué autoridad moral tienen para exigir lo que no dan?
La mayoría de estas personas nos consideran fanáticos, ignorantes, anticuados, y de una mentalidad que la mayoría de la población, particularmente la juventud, no sigue o comparte. Si esto es así, ¿por qué se ocupan tanto de nosotros? ¿No será que es todo lo contrario a lo que afirman? Si somos locos, somos inofensivos. Ninguno se mete con un loco, a no ser que sea loco también. Si somos anticuados y de mentalidad atrasada, no debería haber peligro; máxime cuando a los jóvenes no le atraen esas ideas. ¿De dónde le viene la ira cuando manifestamos públicamente nuestras convicciones y creencias?
Si de algo estoy seguro es que no gastarían tiempo ni esfuerzo para combatirnos, si no nos vieran como un peligro para sus ideas y modo de vivir. Nadie teme al que no le puede hacer daño; y, en este caso, su temor los lleva a tratarnos con violencia y desprecio. Su miedo, entonces, es nuestra fuerza, y debemos continuar nuestra obra aceptando las persecuciones que todo cristiano debe sufrir por anunciar y defender la vida.
“Ni un busero más a la Asamblea”.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org
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