2007-09-30
El Ojo del Profeta
Acción contra el terrorismo
El incidente suscitado a bordo de un avión de una aerolínea panameña responde a la acción contra el terrorismo que realizan los países del orbe, para prevenir situaciones que se cobren con la vida de inocentes y ocasionen graves daños a la población.
Vivimos una era en que la pérdida de valores ha traído como consecuencia la desconfianza, la violencia, y la creencia de algunos de imponerse sobre el resto a través del terror y la fuerza. Tenemos un mundo inseguro, en parte, en el que deben multiplicarse los esfuerzos para devolver el respeto por la vida, y la práctica de los valores fundamentales de la sociedad.
Ninguno tiene derecho a tomar la vida ajena, porque de Dios es la vida del hombre. No hay derecho, tampoco, al prejuicio y el estereotipo por razón de raza, religión, o condición social. Preservar la paz mundial depende de la claridad que tengamos frente a la fe y las ideas que nos separan y nos hacen diferentes en algunos aspectos, pero que nos unen en la diversidad y en nuestra humanidad. Sólo aprendiendo a tratar al prójimo como a nosotros mismos, empezaremos a derribar las barreras que, en no pocos casos, incentivan al terrorismo y a la violencia social.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org
Ir a Panorama Católico Edición Digital
El Ojo del Profeta
Acción contra el terrorismo
El incidente suscitado a bordo de un avión de una aerolínea panameña responde a la acción contra el terrorismo que realizan los países del orbe, para prevenir situaciones que se cobren con la vida de inocentes y ocasionen graves daños a la población.
Vivimos una era en que la pérdida de valores ha traído como consecuencia la desconfianza, la violencia, y la creencia de algunos de imponerse sobre el resto a través del terror y la fuerza. Tenemos un mundo inseguro, en parte, en el que deben multiplicarse los esfuerzos para devolver el respeto por la vida, y la práctica de los valores fundamentales de la sociedad.
Ninguno tiene derecho a tomar la vida ajena, porque de Dios es la vida del hombre. No hay derecho, tampoco, al prejuicio y el estereotipo por razón de raza, religión, o condición social. Preservar la paz mundial depende de la claridad que tengamos frente a la fe y las ideas que nos separan y nos hacen diferentes en algunos aspectos, pero que nos unen en la diversidad y en nuestra humanidad. Sólo aprendiendo a tratar al prójimo como a nosotros mismos, empezaremos a derribar las barreras que, en no pocos casos, incentivan al terrorismo y a la violencia social.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
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