2007-09-23
A tiro de piedra
La patronal de la parroquia
La celebración del santo patrono o santa patrona de una parroquia siempre es motivo de regocijo entre los fieles, y una oportunidad para acercarse a aquellos alejados que habitan o conviven dentro del territorio parroquial. El festejo es mucho más que alharaca, luces de fuegos de artificio, venta de comida, o cualquier forma de recaudar fondos para la parroquia. El hecho de fondo es destacar las virtudes de la figura patronal como seguidor de Cristo, y el testimonio evangélico que le ganó la gracia de la santidad, para que sirva de ejemplo a la comunidad.
Observo que en diversas parroquias se le hace la invitación a varios sacerdotes y coros de otras parroquias, para predicar y animar la celebración litúrgica de la novena. Es un acto loable y de comunión eclesial que nos hace sentir como uno solo en el cuerpo místico de Cristo: la Iglesia. De igual manera noto la alternancia de la concurrencia: en algunos templos muy nutrida; en otros, magra. Como quiera que sea, siempre hay cristianos dispuestos a participar con entusiasmo en las actividades de su parroquia.
Con el ajetreo de la era actual, se dificulta la vivencia parroquial durante los días laborables. Quienes trabajan lejos de su lugar de residencia deben buscar, a fuerza de la realidad, la participación en otra parroquia allende a su vínculo geográfico parroquial. Esta situación nos plantea el reto de un nuevo enfoque pastoral, que nos permita atender a los cristianos que están en esta situación, para que puedan vivirla conscientemente desde la perspectiva de la fe y la comunión eclesial.
La nueva evangelización que nos propone la Iglesia, enriquecida con las conclusiones emanadas de la Conferencia de Aparecida, traerá sin duda frutos rejuvenecidos de la semilla evangelizadora sembrada en América Latina. La pastoral urbana será uno de ellos, una vez que la acción evangélica empiece a encarnarse en la sociedad de hoy. Y la recuperación del sentido de las fiestas patronales, de las devociones, y de la religiosidad bien instruida, será pieza importante en el engranaje de la evangelización latinoamericana.
Ojalá que la patronal de la parroquia se convierta, entre nosotros, en un espacio de encuentro y reflexión, que enriquezca lo litúrgico y lo pastoral. Que en la evaluación de la festividad patronal sopesemos lo actuado en el campo de la evangelización y el acercamiento a los alejados, que hayamos planeado dentro del calendario de actividades patronales. De esa manera podremos compartir nuestras experiencias con otras parroquias, y ese intercambio que ahora se da en la prédica y los coros, lo vivamos también en otros aspectos de la comunión eclesial interparroquial.
"Ni un busero más a la Asamblea".
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org
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A tiro de piedra
La patronal de la parroquia
La celebración del santo patrono o santa patrona de una parroquia siempre es motivo de regocijo entre los fieles, y una oportunidad para acercarse a aquellos alejados que habitan o conviven dentro del territorio parroquial. El festejo es mucho más que alharaca, luces de fuegos de artificio, venta de comida, o cualquier forma de recaudar fondos para la parroquia. El hecho de fondo es destacar las virtudes de la figura patronal como seguidor de Cristo, y el testimonio evangélico que le ganó la gracia de la santidad, para que sirva de ejemplo a la comunidad.
Observo que en diversas parroquias se le hace la invitación a varios sacerdotes y coros de otras parroquias, para predicar y animar la celebración litúrgica de la novena. Es un acto loable y de comunión eclesial que nos hace sentir como uno solo en el cuerpo místico de Cristo: la Iglesia. De igual manera noto la alternancia de la concurrencia: en algunos templos muy nutrida; en otros, magra. Como quiera que sea, siempre hay cristianos dispuestos a participar con entusiasmo en las actividades de su parroquia.
Con el ajetreo de la era actual, se dificulta la vivencia parroquial durante los días laborables. Quienes trabajan lejos de su lugar de residencia deben buscar, a fuerza de la realidad, la participación en otra parroquia allende a su vínculo geográfico parroquial. Esta situación nos plantea el reto de un nuevo enfoque pastoral, que nos permita atender a los cristianos que están en esta situación, para que puedan vivirla conscientemente desde la perspectiva de la fe y la comunión eclesial.
La nueva evangelización que nos propone la Iglesia, enriquecida con las conclusiones emanadas de la Conferencia de Aparecida, traerá sin duda frutos rejuvenecidos de la semilla evangelizadora sembrada en América Latina. La pastoral urbana será uno de ellos, una vez que la acción evangélica empiece a encarnarse en la sociedad de hoy. Y la recuperación del sentido de las fiestas patronales, de las devociones, y de la religiosidad bien instruida, será pieza importante en el engranaje de la evangelización latinoamericana.
Ojalá que la patronal de la parroquia se convierta, entre nosotros, en un espacio de encuentro y reflexión, que enriquezca lo litúrgico y lo pastoral. Que en la evaluación de la festividad patronal sopesemos lo actuado en el campo de la evangelización y el acercamiento a los alejados, que hayamos planeado dentro del calendario de actividades patronales. De esa manera podremos compartir nuestras experiencias con otras parroquias, y ese intercambio que ahora se da en la prédica y los coros, lo vivamos también en otros aspectos de la comunión eclesial interparroquial.
"Ni un busero más a la Asamblea".
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
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