jueves, 14 de febrero de 2008

Detrás del solaz y el esparcimiento

2008-02-03
El Ojo del Profeta
Detrás del solaz y el esparcimiento

La iniciativa de ofrecer conciertos al aire libre es un gesto plausible, porque llena una necesidad dentro de nuestra población, huérfana, en muchos casos, de actividades sanas que cultiven el aprecio por la cultura y el arte del buen ver y oír.

Sin embargo, detrás de estos actos se esconde una realidad que pocos perciben. La falta de espacios públicos adecuados, la pobre formación intelectual y cultural para apreciar el arte que se presenta, y el abandono de una práctica urbanística que ofrezca a los habitantes un conjunto arquitectónico agradable, acogedor, integracionista, y habitablemente funcional, es lo que se evidencia cuando, ante un concierto o acto cultural público y masivo, se hace presión sobre los pocos y reducidos espacios abiertos con que cuenta la ciudad.

Aquello que debiera ser solaz y esparcimiento general, para algunos es una tortura. Ver el entorno de tu lugar de residencia o de trabajo invadidos, destruido y ensuciado, contaminado con el ruido excesivo, la droga y el licor, o plagado de vulgaridad por una parte de los asistentes, es repugnante. Ojalá y entre los tantos planes de desarrollo urbanístico, se pueda ampliar la cantidad de espacios públicos abiertos, y se eduque a nuestra gente para contribuir a elevar el nivel cultural y la calidad de los actos que se presentan y, sobre todo, de sus asistentes.

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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