2008-02-24
El Ojo del Profeta
La Obra de Dios
Cuando contemplamos el cielo y vemos el universo creado por la Mano de Dios, nos asombramos y sentimos empequeñecidos. El hombre, aunque es la máxima criatura de Dios, se apoca ante lo grandioso de las estrellas y los planetas. La obra de Dios supera todo entendimiento y toda ciencia humana, porque el ser humano es incapaz de comprenderla y contenerla.
Si hace pocos días nos maravillamos con el eclipse de luna, cuánto más nos maravillaremos al reconocer el inmenso amor de Dios por la humanidad. Así como sólo podemos contemplar los astros, sin poder tocarlos; de la misma forma, sin tocar, podemos sentir y experimentar la misericordia y el amor de Dios Padre, manifestada en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Vivimos un tiempo litúrgico en el que se nos llama a la Oración, la Penitencia, el Ayuno, y la Limosna material y espiritual. Es en esas prácticas que tenemos el comienzo de la vida nueva, la conversión, que Dios quiere para nosotros. Cielo y tierra pasarán; más su Palabra no pasará.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org
Ir a Panorama Católico Edición Digital
El Ojo del Profeta
La Obra de Dios
Cuando contemplamos el cielo y vemos el universo creado por la Mano de Dios, nos asombramos y sentimos empequeñecidos. El hombre, aunque es la máxima criatura de Dios, se apoca ante lo grandioso de las estrellas y los planetas. La obra de Dios supera todo entendimiento y toda ciencia humana, porque el ser humano es incapaz de comprenderla y contenerla.
Si hace pocos días nos maravillamos con el eclipse de luna, cuánto más nos maravillaremos al reconocer el inmenso amor de Dios por la humanidad. Así como sólo podemos contemplar los astros, sin poder tocarlos; de la misma forma, sin tocar, podemos sentir y experimentar la misericordia y el amor de Dios Padre, manifestada en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Vivimos un tiempo litúrgico en el que se nos llama a la Oración, la Penitencia, el Ayuno, y la Limosna material y espiritual. Es en esas prácticas que tenemos el comienzo de la vida nueva, la conversión, que Dios quiere para nosotros. Cielo y tierra pasarán; más su Palabra no pasará.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org
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