2008-06-29
Editorial
Sucesión apostólica
El pontificado que nos viene desde Simón Pedro, cuando Cristo lo eligió para ser la piedra sobre la cual edificaría su iglesia, está personificado hoy en la figura de Benedicto XVI. Tras 265 papas, la sucesión apostólica continúa como signo visible del ministerio petrino confiado por Jesús a San Pedro.
Nuestra Iglesia Católica y Apostólica, mantiene viva la tradición del pontificado, porque entendemos que la misión pastoral de los sucesores de los apóstoles, sólo puede ser posible por la imposición de manos que conecta a los ministros a esa primera imposición que nuestro Señor Jesucristo hizo sobre el discípulo Simón Pedro. Y el Papa y los Obispos, como sucesores, tienen la misión de transmitir y resguardar las enseñanzas que los apóstoles recibieran directamente de Cristo.
Por eso, el cristianismo no puede estar desconectado o desentenderse de esa sucesión apostólica. Ser Pastor de la Iglesia es un cargo que está muy lejos de adquirirse con la propia voluntad o el estudio a la manera de una carrera cualquiera. Es necesario ser elegido y enviado, para que exista una legitimidad apostólica y una sucesión coherente y conectada desde Jesús, a través de Pedro y sus sucesores que, por la imposición de manos, han recibido el ejercicio de su misión como pastores de almas.
Al celebrar el día del Papa, no hacemos más que conmemorar el gesto de Jesús con Pedro, de darle la misión de cuidar de su Iglesia hasta que El vuelva. Profesemos, pues, con confianza: “La Iglesia es una, santa, católica y apostólica”.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org
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Editorial
Sucesión apostólica
El pontificado que nos viene desde Simón Pedro, cuando Cristo lo eligió para ser la piedra sobre la cual edificaría su iglesia, está personificado hoy en la figura de Benedicto XVI. Tras 265 papas, la sucesión apostólica continúa como signo visible del ministerio petrino confiado por Jesús a San Pedro.
Nuestra Iglesia Católica y Apostólica, mantiene viva la tradición del pontificado, porque entendemos que la misión pastoral de los sucesores de los apóstoles, sólo puede ser posible por la imposición de manos que conecta a los ministros a esa primera imposición que nuestro Señor Jesucristo hizo sobre el discípulo Simón Pedro. Y el Papa y los Obispos, como sucesores, tienen la misión de transmitir y resguardar las enseñanzas que los apóstoles recibieran directamente de Cristo.
Por eso, el cristianismo no puede estar desconectado o desentenderse de esa sucesión apostólica. Ser Pastor de la Iglesia es un cargo que está muy lejos de adquirirse con la propia voluntad o el estudio a la manera de una carrera cualquiera. Es necesario ser elegido y enviado, para que exista una legitimidad apostólica y una sucesión coherente y conectada desde Jesús, a través de Pedro y sus sucesores que, por la imposición de manos, han recibido el ejercicio de su misión como pastores de almas.
Al celebrar el día del Papa, no hacemos más que conmemorar el gesto de Jesús con Pedro, de darle la misión de cuidar de su Iglesia hasta que El vuelva. Profesemos, pues, con confianza: “La Iglesia es una, santa, católica y apostólica”.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
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