viernes, 27 de junio de 2008

No basta con soñar

2008-06-29
A tiro de piedra
No basta con soñar

La eliminación del equipo nacional de fútbol para clasificarse al mundial de Sudáfrica 2010 es ocasión de lamentaciones y recriminaciones. Algunos, aún, no aceptan la realidad de haber quedado fuera de la competición. La verdad, fuera de aceptarlo o no, es una: estamos eliminados.

¿Qué y por qué pasó? Las respuestas son varias; el resultado, el mismo. Si no tenemos proyecto, ¿cómo pretendemos alcanzar la meta anhelada? La publicidad, la movilización de los fanáticos, la arenga televisiva que logró soliviantar el ánimo de la población, no fueron suficiente. No se gana en la pantalla; se gana en el campo de juego. No se clasifica con los gritos, la cuña sentimental y bonita, ni con el entusiasmo de la barra; se obtiene el pase al mundial de fútbol con goles. Así es el asunto.

En mi opinión, como aficionado al fútbol y jugador de solar, calle y cancha escolar, en mis tiempos mozos, la estrategia fue la que suele emplearse en la situación que existía antes de los goles de El Salvador, pero se falló en la táctica. Tácticamente, la selección debió trasladar el juego hacia el espacio de la cancha que defendían los salvadoreños y que estaba en mejor estado. En vez de eso, se replegó hacia su lado, que estaba lleno de charcos. En ese escenario, la pelota no corría con facilidad y se favorecía al contrario, que buscaba el ataque y las faltas. Aún con nueve jugadores, más el portero, pudo haberlo hecho adelantando las líneas con cuatro en la defensa, tres al medio y los dos delanteros un poco atrás, para apoyar al medio campo, además de jugar por los laterales para ganar tiempo y evitar los saques desde la meta. El error se pagó caro.

Si pensamos en el país, lo mismo nos ocurre en muchos planes y programas. Buena o aceptable estrategia, y táctica equivocada. Dicho en otras palabras: una cosa es la planificación, y otra la ejecución. Uno el evento previsto; otra la conducta de la autoridad o la población.

No basta con soñar, sino hacer el sueño posible. Soñamos con una selección de fútbol clasificada para el mundial, pero poco hicimos para hacerlo posible. Soñamos con un gran país, pero el trabajo y el empeño por lograrlo es inútil. Soñemos, sí; pero hagamos posible que sea realidad.

La federación de fútbol debe fijarse una meta clara. Si es el 2014, que se trabaje desde ya. Que se busque un técnico organizador, para los dos próximos años, para que trabaje con jugadores entre los 14 y los 20 años de edad. Al terminar el mundial del 2010, que contrate un buen técnico para que trabaje los 4 años hacia el 2014, de esos que han quedado libres entre las selecciones mundialistas. Así sí podremos soñar y hacer posible el sueño. Lo mismo vale para los funcionarios y el país. Y, hablando de sueños posibles, librémonos de la pesadilla de los diputados buseros. Ni uno más en la Asamblea. Cero votos para ellos.

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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