2008-03-09
El Ojo del Profeta
Soberanía y compromiso internacional
En la edición anterior señalamos que las fronteras entre países sirven para mantener la convivencia pacífica entre estados y advertíamos del peligro que representa su violación, tanto por organismos oficiales como por fuerzas irregulares. El caso entre Ecuador y Colombia, en que este último país violó el territorio soberano del primero, en combate con guerrilleros de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), es claro ejemplo de lo que mencionábamos.
La violación del territorio ecuatoriano no entraña duda alguna. De hecho, el gobierno colombiano la ha reconocido. Donde sí hay dudas, que deben esclarecerse por el bien de la paz, es en el apoyo que supuestamente brinda el gobierno del Ecuador a las FARC, tolerando el establecimiento de campamentos de la guerrilla dentro de su frontera y permitiendo que desde allí se planifiquen las operaciones que terminan en secuestro, muerte y destrucción del lado colombiano.
Colombia debe excusarse oficialmente ante el Ecuador y este país, a su vez, debe asegurarse de que las FARC no operen desde su territorio. El compromiso internacional de respetar la integridad territorial ajena debe cumplirse a carta cabal. Eso incluye evitar que desde el propio territorio se atente contra un estado vecino. También existen compromisos internacionales contra el terrorismo, plasmados en más de 25 tratados y convenios mundiales, y muchos suscritos por Colombia y Ecuador. Que cada país asuma su responsabilidad y se evite, a toda costa, una guerra entre ambos que a nada bueno llevará.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org
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El Ojo del Profeta
Soberanía y compromiso internacional
En la edición anterior señalamos que las fronteras entre países sirven para mantener la convivencia pacífica entre estados y advertíamos del peligro que representa su violación, tanto por organismos oficiales como por fuerzas irregulares. El caso entre Ecuador y Colombia, en que este último país violó el territorio soberano del primero, en combate con guerrilleros de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), es claro ejemplo de lo que mencionábamos.
La violación del territorio ecuatoriano no entraña duda alguna. De hecho, el gobierno colombiano la ha reconocido. Donde sí hay dudas, que deben esclarecerse por el bien de la paz, es en el apoyo que supuestamente brinda el gobierno del Ecuador a las FARC, tolerando el establecimiento de campamentos de la guerrilla dentro de su frontera y permitiendo que desde allí se planifiquen las operaciones que terminan en secuestro, muerte y destrucción del lado colombiano.
Colombia debe excusarse oficialmente ante el Ecuador y este país, a su vez, debe asegurarse de que las FARC no operen desde su territorio. El compromiso internacional de respetar la integridad territorial ajena debe cumplirse a carta cabal. Eso incluye evitar que desde el propio territorio se atente contra un estado vecino. También existen compromisos internacionales contra el terrorismo, plasmados en más de 25 tratados y convenios mundiales, y muchos suscritos por Colombia y Ecuador. Que cada país asuma su responsabilidad y se evite, a toda costa, una guerra entre ambos que a nada bueno llevará.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
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