viernes, 11 de mayo de 2007

La era sintética

2007-05-13
A tiro de piedra
La era sintética

Comienza la era sintética del fútbol panameño con la instalación de la grama artificial en varios estadios y campos de juego del país. Atrás quedarán los acostumbrados charcos y el guacho de lodo que se forma luego del aguacero. Una nueva época se cierne sobre nuestras canchas, y, es posible, que un nuevo tipo de futbolista nazca de todo ese cambio.

La incursión más reciente es en la Plaza Amador, que será decorada con la grama sintética dentro de poco. Hace un par de días pasé por allí, rumbo a la novena de san Pancracio que se celebra en La Merced, y pude ver parte del material que anticipa el futuro de la cancha placina y pone el hito que le marca el límite final de su pasado. Aunque siento respeto y admiración por la Plaza Amador, no soy placino. Me atreví a jugar un par de veces en ese terreno, y sufrí los rigores del castigo que se infligía al foráneo. Yo venía del punto que hace frontera entre san Felipe, Santa Ana, y El Chorrillo; de la Calle 12 Oeste. La mayoría de mis amigos de escuela y juego eran de los alrededores de la Plaza de Herrera, porque asistí a la escuela Nicolás Pacheco, justo enfrente de esta plaza. No era placino, pero sentía y siento orgullo por aquel sitio y lo que representa en tradición e historia.

Con la nueva cancha sintética ya no se verá la nube de polvo que solía adornar una estrecha jugada de gol. El resonar de la pared cuando la pelota se estrellaba en ella (porque eran pocas las veces que el marco lucía mallas), y los gritos de la multitud de espectadores que se agolpaban alrededor de la cerca de alambre, quizá continúen, pero faltará aquel sabor a tierra que manchaba los uniformes y la piel de los jugadores.

Nace ahora la época sintética, y queda en el pasado la Plaza Amador de León "Cocoliso" Tejada, "Quique Loco", Chabela, el "Toro" Aguirre, Hacha, "Nananina" Chú, y mis contemporáneos Ricardo "Halcón" Buitrago y Eleuterio "Tello" Arosemena. También otros tantos conocidos "de vista", que dejaron su recuerdo en el escenario placino. Muy poco jugué en ese sitio, pero sí acudía con frecuencia, especialmente después de las tardes de natación en la piscina adyacente, feudo indiscutible de "Toto" Bárcenas.

Pienso que ningún jugador panameño está completo, si no patea un balón en la "Plaza". Es un sitio histórico, y meca de una cultura popular que se extingue entre un mal entendido progreso y la maldad que traen consigo el vicio y la droga. Se va la cancha de tierra y arenilla, y llega el césped artificial. Ya no será polvorienta y negruzca, sino de un verde sintético que no se marchita con el cambio de estación. La polvareda no saludará el gol anotado por algún muchacho, pero retumbará el golpe de la pelota contra el muro de la cerca perimétrica, y continuará oyéndose el grito de los espectadores detrás de la malla de alambre, cuando emocionados griten: ¡goool!

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org
Ir
a Panorama Católico Edición Digital

No hay comentarios: