lunes, 10 de agosto de 2009

A quién iremos

2009-08-02
Editorial
A quién iremos

La naturaleza del hombre es preguntarse de dónde viene y hacia dónde va. Todas sus empresas reflejan este cuestionamiento. Hace planes, se traza metas, busca en el universo respuestas a sus inquietudes, en fin, tiene ansias de conocer y saber el origen y el destino de las cosas.

Sin embargo, buena parte de esa búsqueda la hace fuera de sí, en vez de voltear, también, la mirada hacia su interior. Si todo lo que hace el hombre nace primero de su pensamiento, ¿por qué no mirar, entonces, hacia dentro de sí mismo? Para algunos es un absurdo o necedad, pero tal convicción no significa que ello sea la verdad absoluta. No: sólo es la verdad que le permite su ciencia.

Pero hay otra ciencia mucho más alta, que el hombre no entiende. Es la sabiduría de Dios, que está muy lejos del alcance del ser humano, porque a ella no se llega por esfuerzo propio. Le es imposible al hombre escapar de la ciencia de Dios, porque ella alcanza y trasciende el cielo y el abismo de la muerte.

Más que preguntarnos hacia dónde vamos, debemos preguntarnos a quién iremos. Si sabemos a quién iremos, sabremos adónde vamos. Dios construye una historia con cada persona y cada pueblo; entenderla y aceptarla depende más de la fe y la confianza en Dios, que en las fuerzas del hombre.

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

Ir a Panorama Católico Edición Digital

No hay comentarios: