lunes, 31 de agosto de 2009

El bien no hace daño

2009-08-16
El Ojo del Profeta
El bien no hace daño

El cambio que esperamos en nuestra sociedad debe partir de nosotros mismos, tanto en lo individual como en lo colectivo. La raíz del cambio nace de la propia persona, e irradia hacia las asociaciones, las organizaciones y las instituciones de las cuales es copartícipe. Pretender el cambio sin la conversión personal es lanzar hojas al viento.

Una forma de contribuir al cambio social es definir, con claridad, el propósito y la manera de reclamar los derechos o protestar por alguna situación que nos afecta, ya sea como grupo o gremio, o como comunidad. Si buscamos el bien para nosotros, ¿por qué causar daño a otros en pos de mi bienestar? El bien, si es lo que perseguimos, no debe hacer daño. Cuando esto ocurre, ya deja de ser una búsqueda legítima del propio bienestar. El cambio, pues, debe hacerse con la práctica de formas civilizadas y pacíficas para la resolución de los conflictos y las diferencias. Ese es el primer paso y, si no lo damos, nos condenaremos a seguir haciendo el mal, aunque, por la fuerza, redunde en nuestro provecho.

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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