lunes, 9 de marzo de 2009

Tiempo de Conversión

2009-03-01
Editorial
Tiempo de Conversión

Iniciamos el itinerario cuaresmal como preparación para la fiesta pascual, en la que conmemoraremos la resurrección gloriosa de nuestro Señor Jesucristo. Es una preparación interior, que no exterior, en la que nuestro espíritu y nuestra alma se disponen a recibir al Señor, para hacernos uno con Cristo y Cristo uno con nosotros.

Durante este tiempo la Iglesia nos pide practicar la conversión, la oración, el ayuno, y la limosna. Estas actitudes deben ser constantes; cada día, sin desmayar, según la enseñanza de la Iglesia. Reconocer nuestras faltas y debilidades, reparar el daño causado, actuar con caridad hacia el hermano, privarnos del alimento o la comodidad, momentáneamente, para mortificar el cuerpo y hacernos solidarios con los desposeídos, son los sacrificios que pide el Señor. Es darnos nosotros, más que las ofrendas materiales.

Estamos en el tiempo propicio y debemos aprovecharlo. Tengamos fe y esperanza en las promesas del Señor, y encontraremos la paz y la felicidad; no como las promete el mundo, sino a la manera de Dios. Lo que es necedad para el mundo, es sabiduría para el Creador; lo que el mundo tiene por fuerte, es debilidad ante el poder del Altísimo.

Busquemos el reino de Dios primero, y todo lo demás se nos dará por añadidura. Estemos alerta en todo momento, para que no nos sorprenda el día del Señor dormidos o descuidados. Uno es el camino de salvación, Cristo Jesús, y para poder seguirlo es preciso tomar nuestra cruz de cada día. Si así actuamos, la corona de gloria nos será entregada al final de nuestros días.

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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