2008-10-19
El Ojo del Profeta
Margarita
La escogencia de Margarita Henríquez como Latin American Idol 2008, es motivo de alegría para la mayoría de nuestra población. Sus atributos como persona sobresalen e invitan a imitarlos, tanto para los jóvenes como para los adultos del país. Sencilla, sincera y obediente a sus padres, Margarita es una chiquilla de 17 años que vive grandes emociones en esta su juventud.
Ahora deberá enfrentar el reto de lidiar con la fama, las ofertas artísticas y la presión propia de un mundo de farándula que exige fortaleza y firmeza de carácter, para resistir los embates de un ambiente que puede llevar a la perdición, si los valores y los principios de la persona se desmoronan. A Dios gracias porque Margarita cuenta con una familia unida y un padre y una madre que guían sus pasos, lo que le permitirá afrontar los retos apoyándose en los suyos.
Esperamos que Margarita sea la inspiración de muchos otros jóvenes de Panamá, y más que en el deseo de alcanzar el triunfo en algún concurso artístico, en vivir una juventud sana, con lazos familiares fuertes y con la sencillez y la humildad de esta niña de La Villa de Los Santos, que hoy es el foco de atención de esta tierra nuestra. Que Dios la bendiga y le conceda la sabiduría para discernir entre lo que realmente le aprovechará y aquello que es intrascendente en su vida.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org
Ir a Panorama Católico Edición Digital
El Ojo del Profeta
Margarita
La escogencia de Margarita Henríquez como Latin American Idol 2008, es motivo de alegría para la mayoría de nuestra población. Sus atributos como persona sobresalen e invitan a imitarlos, tanto para los jóvenes como para los adultos del país. Sencilla, sincera y obediente a sus padres, Margarita es una chiquilla de 17 años que vive grandes emociones en esta su juventud.
Ahora deberá enfrentar el reto de lidiar con la fama, las ofertas artísticas y la presión propia de un mundo de farándula que exige fortaleza y firmeza de carácter, para resistir los embates de un ambiente que puede llevar a la perdición, si los valores y los principios de la persona se desmoronan. A Dios gracias porque Margarita cuenta con una familia unida y un padre y una madre que guían sus pasos, lo que le permitirá afrontar los retos apoyándose en los suyos.
Esperamos que Margarita sea la inspiración de muchos otros jóvenes de Panamá, y más que en el deseo de alcanzar el triunfo en algún concurso artístico, en vivir una juventud sana, con lazos familiares fuertes y con la sencillez y la humildad de esta niña de La Villa de Los Santos, que hoy es el foco de atención de esta tierra nuestra. Que Dios la bendiga y le conceda la sabiduría para discernir entre lo que realmente le aprovechará y aquello que es intrascendente en su vida.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
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