2008-05-04
A tiro de piedra
Comunicaciones sociales
Cada año la Iglesia nos invita a reflexionar acerca de los medios de comunicación social y su incidencia en la vida colectiva, a través de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, invitando a los propietarios, directores, trabajadores y usuarios de aquellos a examinar la tarea que realizan y el aporte que se hace para el progreso y la edificación de la sociedad.
Hoy, más que nunca, los medios de comunicación marcan el rumbo de la comunidad humana en pensamiento, modelos, comportamiento y selección de la agenda temática. Son, pues, una institución que forma parte insustituible de la civilización contemporánea: sin ellos, el mundo devendría en caos. Por tal razón, el usuario necesita mantener un escrutinio permanente y una lectura crítica de los medios, para determinar si el mensaje recibido es provechoso o dañoso para sí mismo y los suyos.
En la actualidad la información sufre una transformación esencial; la noticia es reemplazada por el espectáculo, y lo trascendente por lo superficial. Ahora se exalta el morbo y la violencia, en detrimento de aquellos valores que la sociedad aún tiene por buenos. Se busca lo espectacular y lo llamativo, sin escatimar en recursos, esfuerzo y consecuencia. Estamos en la era en que muchas noticias son fabricadas; ya el hecho no surge espontáneamente, sino que se provoca y se induce.
Otro fenómeno informativo que experimentamos es el desarrollo de la Internet como medio de comunicación, a la que se suma la telefonía celular, y que introduce formas de comunicación y de expresión que transforman la cultura e influencian el comportamiento humano. Un mundo interconectado está, en teoría, más informado; pero, también, es un mundo vulnerable porque no hay límite en el contenido de los mensajes, lo que plantea un problema ético en cuanto a la veracidad, la fiabilidad y la finalidad que persigue cada hecho o situación que es difundido por esos canales.
La sociedad tendrá que actuar de manera propositiva frente a la realidad mediática actual. La educación es pieza importante dentro del reto que representan las comunicaciones sociales de este siglo; el estudio de la materia y su comprensión debe extenderse a toda la población a través de la escuela, para crear una mayor conciencia en cuanto a su alcance, influencia y el control social que puede ejercer el usuario. El desafío está ahí, y tarde o temprano tenemos que asumirlo.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org
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A tiro de piedra
Comunicaciones sociales
Cada año la Iglesia nos invita a reflexionar acerca de los medios de comunicación social y su incidencia en la vida colectiva, a través de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, invitando a los propietarios, directores, trabajadores y usuarios de aquellos a examinar la tarea que realizan y el aporte que se hace para el progreso y la edificación de la sociedad.
Hoy, más que nunca, los medios de comunicación marcan el rumbo de la comunidad humana en pensamiento, modelos, comportamiento y selección de la agenda temática. Son, pues, una institución que forma parte insustituible de la civilización contemporánea: sin ellos, el mundo devendría en caos. Por tal razón, el usuario necesita mantener un escrutinio permanente y una lectura crítica de los medios, para determinar si el mensaje recibido es provechoso o dañoso para sí mismo y los suyos.
En la actualidad la información sufre una transformación esencial; la noticia es reemplazada por el espectáculo, y lo trascendente por lo superficial. Ahora se exalta el morbo y la violencia, en detrimento de aquellos valores que la sociedad aún tiene por buenos. Se busca lo espectacular y lo llamativo, sin escatimar en recursos, esfuerzo y consecuencia. Estamos en la era en que muchas noticias son fabricadas; ya el hecho no surge espontáneamente, sino que se provoca y se induce.
Otro fenómeno informativo que experimentamos es el desarrollo de la Internet como medio de comunicación, a la que se suma la telefonía celular, y que introduce formas de comunicación y de expresión que transforman la cultura e influencian el comportamiento humano. Un mundo interconectado está, en teoría, más informado; pero, también, es un mundo vulnerable porque no hay límite en el contenido de los mensajes, lo que plantea un problema ético en cuanto a la veracidad, la fiabilidad y la finalidad que persigue cada hecho o situación que es difundido por esos canales.
La sociedad tendrá que actuar de manera propositiva frente a la realidad mediática actual. La educación es pieza importante dentro del reto que representan las comunicaciones sociales de este siglo; el estudio de la materia y su comprensión debe extenderse a toda la población a través de la escuela, para crear una mayor conciencia en cuanto a su alcance, influencia y el control social que puede ejercer el usuario. El desafío está ahí, y tarde o temprano tenemos que asumirlo.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org
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