martes, 26 de junio de 2007

La cultura interiorana

2007-06-24
A tiro de piedra
La cultura interiorana

Viajar al interior del país siempre es una experiencia grata, porque podemos apreciar esa otra parte de nuestra cultura panameña que conserva la población de tierra adentro. Gente, campos, pueblos; juntos hacen una amalgama de panameñidad incomparable.

Cuando reparo en los cambios que se producen, sobre todo en el conjunto arquitectónico de los poblados, me entristece ver como perdemos ese patrimonio nacional. El estilo, las tejas, los huertos, las calles; todo muere para dar paso a lo moderno; a aquello que nos conecta con la cultura actual, pero que nos corta los lazos que nos unen a nuestra historia y a nuestras raíces.

Desde hace varios años abogo por una ley que cree un estatuto de conservación de las tradiciones populares, para que haya coherencia en ese sentido. Esfuerzos particulares, como en la ciudad de Penonomé, y los poblados de las provincias de Herrera, y Los Santos, todavía defienden la herencia cultural de esas regiones. Sin embargo, si el estado no lo asume, corremos el riesgo de perderla a causa de cualquier corriente modernizadora que sucumba ante el poder del dinero.

Urge fomentar el cuidado y la conservación del casco antiguo de cada pueblo interiorano, principalmente los que tienen historia y tradición colonial. Eso le hablará de nuestro pasado a las generaciones futuras, y a los turistas extranjeros que, se supone, alguna vez vendrán en oleada a nuestro suelo. Si tenemos algo que mostrar, será más lo positivo y lo ventajoso; si, por desidia, lo echamos a perder, todo será ruina, llanto, y crujir de dientes.

Qué bonito sería si conserváramos el estilo arquitectónico de los edificios públicos y las viviendas del interior, que se construyen en el centro de los poblados. ¡Qué lindo sería!. Lo moderno, aún siéndolo, también puede guardar los elementos básicos de lo antiguo. Lo he visto en Roma, Jerusalén, París, y otros sitios; si allá se puede, por qué aquí no.

Aún estamos a tiempo de salvaguardar buena parte de nuestro patrimonio cultural, si nos lo proponemos. Podemos empezar con apoyar los esfuerzos particulares existentes, y continuar con la concienciación y el fomento de la conservación del patrimonio cultural; tanto el tangible, como el intangible. Es grato viajar al interior, al menos ahora; pero no dejo de preguntarme si en algunos años seguirá siéndolo. El patrimonio cultural interiorano está en peligro de desaparecer; quién reparará el daño si lo perdemos. Hay panameños, y no pocos, que lo aprecian y quieren conservarlo; abramos un espacio para recoger sus ideas, y, tras una convocatoria, hagamos una legión de voluntarios que, bajo los ideales del civismo y el patriotismo, contribuyamos a mantener ese legado.

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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