2009-04-26
El Ojo del Profeta
Hombre y naturaleza
Uno de los problemas contemporáneos del planeta es la contaminación ambiental, que afecta con más rigor a los países pobres. El factor humano en este flagelo es el principal escollo, porque implica cambio de hábitos y esfuerzos educativos tendientes a modificar la actitud y la conducta de los seres humanos con relación al daño ambiental que inflige a la naturaleza.
El hombre fue creado por Dios para dominar la tierra, pero, al mismo tiempo, para cuidarla y hacer de ella su hogar terrenal. Es su obligación, pues, amar y velar por el equilibrio de la creación. No le es lícito, desde esa perspectiva, destruir y acabar con aquello que Dios le dio para su supervivencia, sustento y felicidad. Hombre y criaturas de la tierra deben coexistir en armonía, para mantener el perfecto equilibrio de la vida. Por eso, cada persona y cada nación o pueblo deben contribuir, largamente, con la preservación de la naturaleza y el mantenimiento de un ambiente sano, donde se garantice la primacía de la vida sobre cualquier otro interés mundano
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org
Ir a Panorama Católico Edición Digital
El Ojo del Profeta
Hombre y naturaleza
Uno de los problemas contemporáneos del planeta es la contaminación ambiental, que afecta con más rigor a los países pobres. El factor humano en este flagelo es el principal escollo, porque implica cambio de hábitos y esfuerzos educativos tendientes a modificar la actitud y la conducta de los seres humanos con relación al daño ambiental que inflige a la naturaleza.
El hombre fue creado por Dios para dominar la tierra, pero, al mismo tiempo, para cuidarla y hacer de ella su hogar terrenal. Es su obligación, pues, amar y velar por el equilibrio de la creación. No le es lícito, desde esa perspectiva, destruir y acabar con aquello que Dios le dio para su supervivencia, sustento y felicidad. Hombre y criaturas de la tierra deben coexistir en armonía, para mantener el perfecto equilibrio de la vida. Por eso, cada persona y cada nación o pueblo deben contribuir, largamente, con la preservación de la naturaleza y el mantenimiento de un ambiente sano, donde se garantice la primacía de la vida sobre cualquier otro interés mundano
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
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