miércoles, 8 de abril de 2009

Resucitó, ¡aleluya!

2009-04-12
Editorial
Resucitó, ¡aleluya!

Hemos concluido un largo itinerario de ayuno y abstención, apoyándonos en la oración y en las obras de misericordia. Estamos a punto de comenzar el jubiloso período pascual. Al leer estas líneas, nos encontramos justo en el centro del memorial de la pasión, la muerte y la resurrección del Hijo de Dios.

¿Qué hemos hecho? Quizá todo lo que nos pidió la Iglesia en la Cuaresma; quizá una parte más grande o más pequeña; quizá nada. En lo mucho, lo poco, o lo ausente, Cristo está con nosotros. Ya dio su vida por nuestros pecados, y pagó el precio del rescate con su sangre. Si hemos fallado en lo litúrgico, aún podemos renovarnos en nuestras propias vidas. Tenemos la Pascua; vivámosla con gozo.

Cristo, hermanos, ha resucitado y nos llama a seguirle, tomando nuestra cruz y renaciendo en el espíritu. Todas las obras de misericordia y la oración, nos acompañan siempre, en la Pascua permanente que se manifiesta en la actitud de fe, y en el amor perenne a Dios y al prójimo. ¡Cristo es nuestra pascua; Cristo es nuestra paz! A quién iremos, si no es a Él.

Alegrémonos, hermanos, porque si somos capaces de amar a Dios y amarnos los unos a los otros, es porque Cristo resucitó y nos arrebató de las manos de la muerte. A Jesús Resucitado sea el honor, el poder y la gloria eternamente, ¡Aleluya, aleluya! ¡Feliz y santa Pascua!

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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