2009-02-01
El Ojo del Profeta
El respeto al derecho ajeno
El principio de igualdad entre los seres humanos es el sustento de los derechos y las libertades para cada hombre y mujer del planeta. Su respeto y defensa es inherente a la justicia y la paz, que constituyen el pilar de la sociedad humana. Cuando el trato de igualdad hacia el otro, que los cristianos profesamos en el amor al prójimo como a uno mismo, es violentado, se afecta gravemente la convivencia pacífica y se hiere, en lo más profundo, la esencia de humanidad que tenemos como hijos de Dios y persona humana.
La actual alianza de grupos de oposición debe, al menos, atenuar el ataque y la injuria que, en esa parte de los aspirantes al poder, se ha dado hasta la fecha. Sin embargo, tal unión está lejos de garantizar que el tratamiento entre bandos contrarios, como oficialismo y oposición, pueda darse bajo un clima de respeto e intercambio de ideas libres de todo gesto amenazante o actitud agresiva. Al fin y al cabo, el antagonismo principal en la lucha por el poder, continúa como realidad en la que unos quieren mantenerse en el poder y otros quieren acceder a él.
Quien aspire a la paz, debe practicar el respeto hacia los demás. Allí, en ese campo, nos hacemos iguales los unos con los otros, sin que medie condición social o preferencia partidaria. Que ese respeto sea dado en estricta reciprocidad, para el bien de los candidatos, de sus seguidores, y del resto de la sociedad panameña.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org
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El Ojo del Profeta
El respeto al derecho ajeno
El principio de igualdad entre los seres humanos es el sustento de los derechos y las libertades para cada hombre y mujer del planeta. Su respeto y defensa es inherente a la justicia y la paz, que constituyen el pilar de la sociedad humana. Cuando el trato de igualdad hacia el otro, que los cristianos profesamos en el amor al prójimo como a uno mismo, es violentado, se afecta gravemente la convivencia pacífica y se hiere, en lo más profundo, la esencia de humanidad que tenemos como hijos de Dios y persona humana.
La actual alianza de grupos de oposición debe, al menos, atenuar el ataque y la injuria que, en esa parte de los aspirantes al poder, se ha dado hasta la fecha. Sin embargo, tal unión está lejos de garantizar que el tratamiento entre bandos contrarios, como oficialismo y oposición, pueda darse bajo un clima de respeto e intercambio de ideas libres de todo gesto amenazante o actitud agresiva. Al fin y al cabo, el antagonismo principal en la lucha por el poder, continúa como realidad en la que unos quieren mantenerse en el poder y otros quieren acceder a él.
Quien aspire a la paz, debe practicar el respeto hacia los demás. Allí, en ese campo, nos hacemos iguales los unos con los otros, sin que medie condición social o preferencia partidaria. Que ese respeto sea dado en estricta reciprocidad, para el bien de los candidatos, de sus seguidores, y del resto de la sociedad panameña.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
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