2007-11-11
Editorial
La vida y la salud primero
La huelga declarada por los médicos recientemente tiene como fundamento el reclamo salarial, o al menos ese es el punto más mencionado. Si se les ha faltado en hacerle el ajuste de sueldo a la par que a otros trabajadores de la salud, razón tienen en su reclamo, y es justo darle respuesta a su petición, porque quien trabaja merece el pago de su salario conforme a la función que ejerce, a la formación que tiene, y a la equiparación con el resto de los funcionarios.
Sin embargo, consideramos que ningún reclamo reivindicativo prima sobre la vida y la salud de la población, como es el caso de la suspensión de los servicios de salud a la mayoría de los pacientes. Muchos de ellos, incluso, han tenido que esperar semanas o meses para obtener una cita médica, y ahora se le prolongará su espera.
El daño que se inflige a los miles de pacientes desatendidos, la mayoría sin recursos para acudir a la consulta privada, es incuantificable. ¿Cuántas enfermedades podrían agravarse? ¿Cuántas dolencias empeorar? Un sueldo siempre es recuperable; el daño a la salud, irresarcible.
Ojalá que al salir este editorial, la huelga haya finalizado. Lo deseamos de todo corazón. Igual esperamos que nunca más se perjudique a la población, por causa de un reclamo salarial, o un aumento en el precio de algún bien o servicio. A eso aspiramos, por mera humanidad.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org
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Editorial
La vida y la salud primero
La huelga declarada por los médicos recientemente tiene como fundamento el reclamo salarial, o al menos ese es el punto más mencionado. Si se les ha faltado en hacerle el ajuste de sueldo a la par que a otros trabajadores de la salud, razón tienen en su reclamo, y es justo darle respuesta a su petición, porque quien trabaja merece el pago de su salario conforme a la función que ejerce, a la formación que tiene, y a la equiparación con el resto de los funcionarios.
Sin embargo, consideramos que ningún reclamo reivindicativo prima sobre la vida y la salud de la población, como es el caso de la suspensión de los servicios de salud a la mayoría de los pacientes. Muchos de ellos, incluso, han tenido que esperar semanas o meses para obtener una cita médica, y ahora se le prolongará su espera.
El daño que se inflige a los miles de pacientes desatendidos, la mayoría sin recursos para acudir a la consulta privada, es incuantificable. ¿Cuántas enfermedades podrían agravarse? ¿Cuántas dolencias empeorar? Un sueldo siempre es recuperable; el daño a la salud, irresarcible.
Ojalá que al salir este editorial, la huelga haya finalizado. Lo deseamos de todo corazón. Igual esperamos que nunca más se perjudique a la población, por causa de un reclamo salarial, o un aumento en el precio de algún bien o servicio. A eso aspiramos, por mera humanidad.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
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