lunes, 12 de noviembre de 2007

A cada quien lo justo

2007-11-11
El Ojo del Profeta
A cada quien lo justo

El obrero merece su salario y no está bien retenérselo, según lo dicen las Sagradas Escrituras, y debe realizar su trabajo como si trabajara para el Señor. Desde los profetas hasta los discípulos de Jesús, este pensamiento ha formado parte de la doctrina social judeo-cristiana. No se le regatea al trabajador su merecido sueldo, ni se le exime de velar por su propio bienestar y el de su prójimo.

La huelga médica local, aparte del reclamo salarial, implica, también, el aspecto moral que contrapone al dinero y a la salud. Reclamar el salario merecido está bien, y es justo hacerlo; pero también es de justicia que se dé el servicio de salud a la población. Una y otra cosa merecen ser tratadas en su justa medida.

Si nos atenemos al principio evangélico de amar al prójimo como nos amamos nosotros mismos, y de hacerle al otro lo que nos gustaría que nos hicieran, podremos comprender lo que significa regatear un salario y privar de la atención médica al pueblo. El que tenga ojos y oídos, que vea y oiga.

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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