2007-11-11
La Voz del Pastor
En nuestra Independencia
El 10 de noviembre celebramos nuestra independencia. El gesto heroico de Rufina Alfaro y de quienes basados en su fe no temieron asumir riesgos. Aún el de su propia vida. El Santo Padre nos enseña en la Exhortación Apostólica Iglesia en América que, desde nuestras realidades, hemos de salir al Encuentro de Jesucristo vivo y así, convertidos, vivir como el pueblo redimido y rescatado, vivir como Iglesia en comunión y solidaridad.
En esta aventura de hacer historia y construir algo nuevo, hemos de sentirnos solidarios. Este esfuerzo –nos recuerda el Papa Juan Pablo II– debe ir acompañado del amor a la Patria, amor hacia su cultura y su historia, amor hacia los valores autóctonos.... amor sin fin hacia todos los que somos responsables de esa causa común que se llama Patria (Juan Pablo II a los Peregrinos de Baja Silesia, 5 de junio de 1979)
El apóstol San Pablo en la primera Carta a Timoteo “nos exhorta a ofrecer oraciones y acciones de gracias por... por todos los que ejercen la autoridad, "para que podamos vivir una vida tranquila y apacible con toda piedad y dignidad" (1 Tm 2, 2).
Recuerda el Catecismo de la Iglesia Católica (2239) Que es “deber de los ciudadanos es cooperar… al bien de la sociedad en espíritu de verdad, justicia, solidaridad y libertad”. “El amor y el servicio de la patria forman parte del deber de gratitud y del orden de la caridad. Y … el servicio del bien común exige de los ciudadanos que cumplan con su responsabilidad en la vida de la comunidad política. “La Iglesia, a su vez, ha de "respetar y promover también la libertad y la responsabilidad política de los ciudadanos" (OS 76, 3).” (2245) Como parte de su misión.
No podemos olvidar que Pertenece, también “a la misión de la Iglesia "emitir un juicio moral incluso sobre cosas que afectan al orden político cuando lo exijan los derechos fundamentales de la persona o la salvación de las almas, aplicando todos y sólo aquellos medios que sean conformes al Evangelio y al bien de todos según la diversidad de tiempos y condiciones" (OS 76, 5). (2246)
Patria no es sólo el territorio en el que se ha nacido. Abarca también un entramado de ideas, historia, tradiciones, costumbres... que identifican la personalidad de un pueblo. Todos debemos esforzarnos por el engrandecimiento de la Patria con nuestro servicio, con nuestra colaboración, con nuestro trabajo y hasta con el sacrificio de la vida, si esto es necesario para defenderla, cuando está en peligro. Nuestros deberes para con la Patria son: amarla, defenderla, cumplir sus leyes y contribuir al bien común. Debemos estar orgullosos de nuestra Patria. De sus cualidades y de sus virtudes. Pero también debemos darnos cuenta de nuestros defectos y trabajar para corregirlos; contribuyendo así a su engrandecimiento.
Hoy! Damos gracias a Dios por nuestros orígenes. Damos gracias a Dios por nuestra identidad. Damos gracias a Dios por nuestro caminar de fe. Damos gracias a Dios por nuestra cultura. Damos gracias a Dios por nuestro presente.Damos gracias a Dios por la protección de Nuestra Señora de la Antigua y Hoy, también en el nombre de Dios asumimos el reto del futuro que Él mismo ha puesto en nuestras manos.
Mons. Fernando Torres Durán
Obispo de Chitré
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La Voz del Pastor
En nuestra Independencia
El 10 de noviembre celebramos nuestra independencia. El gesto heroico de Rufina Alfaro y de quienes basados en su fe no temieron asumir riesgos. Aún el de su propia vida. El Santo Padre nos enseña en la Exhortación Apostólica Iglesia en América que, desde nuestras realidades, hemos de salir al Encuentro de Jesucristo vivo y así, convertidos, vivir como el pueblo redimido y rescatado, vivir como Iglesia en comunión y solidaridad.
En esta aventura de hacer historia y construir algo nuevo, hemos de sentirnos solidarios. Este esfuerzo –nos recuerda el Papa Juan Pablo II– debe ir acompañado del amor a la Patria, amor hacia su cultura y su historia, amor hacia los valores autóctonos.... amor sin fin hacia todos los que somos responsables de esa causa común que se llama Patria (Juan Pablo II a los Peregrinos de Baja Silesia, 5 de junio de 1979)
El apóstol San Pablo en la primera Carta a Timoteo “nos exhorta a ofrecer oraciones y acciones de gracias por... por todos los que ejercen la autoridad, "para que podamos vivir una vida tranquila y apacible con toda piedad y dignidad" (1 Tm 2, 2).
Recuerda el Catecismo de la Iglesia Católica (2239) Que es “deber de los ciudadanos es cooperar… al bien de la sociedad en espíritu de verdad, justicia, solidaridad y libertad”. “El amor y el servicio de la patria forman parte del deber de gratitud y del orden de la caridad. Y … el servicio del bien común exige de los ciudadanos que cumplan con su responsabilidad en la vida de la comunidad política. “La Iglesia, a su vez, ha de "respetar y promover también la libertad y la responsabilidad política de los ciudadanos" (OS 76, 3).” (2245) Como parte de su misión.
No podemos olvidar que Pertenece, también “a la misión de la Iglesia "emitir un juicio moral incluso sobre cosas que afectan al orden político cuando lo exijan los derechos fundamentales de la persona o la salvación de las almas, aplicando todos y sólo aquellos medios que sean conformes al Evangelio y al bien de todos según la diversidad de tiempos y condiciones" (OS 76, 5). (2246)
Patria no es sólo el territorio en el que se ha nacido. Abarca también un entramado de ideas, historia, tradiciones, costumbres... que identifican la personalidad de un pueblo. Todos debemos esforzarnos por el engrandecimiento de la Patria con nuestro servicio, con nuestra colaboración, con nuestro trabajo y hasta con el sacrificio de la vida, si esto es necesario para defenderla, cuando está en peligro. Nuestros deberes para con la Patria son: amarla, defenderla, cumplir sus leyes y contribuir al bien común. Debemos estar orgullosos de nuestra Patria. De sus cualidades y de sus virtudes. Pero también debemos darnos cuenta de nuestros defectos y trabajar para corregirlos; contribuyendo así a su engrandecimiento.
Hoy! Damos gracias a Dios por nuestros orígenes. Damos gracias a Dios por nuestra identidad. Damos gracias a Dios por nuestro caminar de fe. Damos gracias a Dios por nuestra cultura. Damos gracias a Dios por nuestro presente.Damos gracias a Dios por la protección de Nuestra Señora de la Antigua y Hoy, también en el nombre de Dios asumimos el reto del futuro que Él mismo ha puesto en nuestras manos.
Mons. Fernando Torres Durán
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