miércoles, 28 de enero de 2009

Narcotráfico

2009-01-25
El Ojo del Profeta
Narcotráfico

El afán de riqueza desmedida y la ambición por el poder y el dinero pierden al hombre. Esa es la raíz y la razón de ser del narcotráfico y su andamiaje criminal. Entre la censura de una parte de la humanidad y la tolerancia cobarde o absurda de otra, millones de jóvenes en el mundo sucumben ante un flagelo destructivo e inhumano. La droga, hoy por hoy, no distingue ni discrimina nacionalidad, edad, etnia o condición social. Hiere y mata por igual.

La reciente reunión en Panamá de los mandatarios de cuatro países hermanos, incluyendo el nuestro, es una muestra de la grave situación y consecuencias que experimentamos en cuanto al tráfico de drogas y sus organizaciones criminales. Es un asunto que atañe a todos los países del mundo; no sólo a los 4 que se han reunido en esta ocasión. Por eso, la cooperación entre unos y otros es indispensable para controlar la expansión de esa actividad delictiva.

Pero no todo debe quedar en manos de los gobiernos, sino, también, en nuestras manos. Cada hogar debe velar por los miembros de su familia, para evitar que caigan en el consumo o, en lo que es peor, la venta y posterior tráfico de tan maligno producto. Tenemos que convencernos que el éxito en la vida no se mide por la cantidad de dinero o poder que se tenga, sino en el trabajo honrado y en particulares valores que nos dan la satisfacción de ser personas de bien.

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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