lunes, 5 de enero de 2009

Año Nuevo

2009-01-04
Editorial
Año Nuevo

Empezamos este nuevo año 2009 con optimismo y esperanza, aunque no todos, porque siempre que se emprende una tarea o una acción nueva esperamos lo mejor. Eso está bien y es de humanos, pero debemos estar concientes de aquello en lo que ponemos nuestra esperanza; dependiendo de ello, así mismo será nuestra confianza.

Para que el pone su confianza en sus propias fuerzas, su esperanza estará limitada a lo que pueda hacer o lograr por sí mismo; para quien la pone en Dios, su esperanza traspasará límites y logrará lo que resulta humanamente imposible, según la medida de su fe.

Ciertamente, cada año o cada día de nuestra vida está lleno de pruebas y adversidades que han de soportarse y superarse. Si sólo dependemos de nuestras propias fuerzas, cuando se agoten todo habrá terminado. Por eso, como creyentes y personas de fe, pongamos nuestra confianza en el Señor, para apoyarnos en su longanimidad y podamos salvar todo obstáculo que induce a la desazón y el conformismo.

Dios quiere que seamos felices, no importa cual sea nuestra condición, y esa felicidad solamente podemos encontrarla en Él, a través de la fe que nos lleva a la conversión y nos permite, con fuerza espiritual inaudita, pasar por valles de muerte y sufrimiento, para luego ver la misericordia y la gloria de Dios en todo lo que al momento nos resulta incomprensible. Felicidades y bendiciones en este nuevo año.

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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