viernes, 9 de enero de 2009

Muertos a bala

2009-01-11
A tiro de piedra
Muertos a bala

El informe de la mayor causa de muerte violenta entre los panameños, el año pasado, da cuenta de la que ocupa el primer lugar: el asesinato con arma de fuego. Mucho más que los accidentes de tránsito. Mal augurio éste para la sociedad.

Somos una comunidad agresiva, porque hemos creado un ambiente agresivo. Es esa agresividad la que nos lleva a la violencia, dentro de la que estamos superando límites en todos los órdenes, tales como: aprecio por la vida humana y animal, respeto por los mayores y los menores, reglas de urbanidad, valores morales, civismo, virtudes. Todo se pisotea y se trae a menos, por una parte de la población cuya escala de valores es contraria a la del resto; una chusma que cuando se manifiesta en turbamulta, grande o pequeña, daña y destruye sin miramientos.

La televisión, en primer lugar, y el resto de los medios, después, avivan la agresividad y pasan a formar parte del mecanismo de la violencia. Escudándose en una libertad de información mal entendida, se niegan a reconocer que pueden ser parte del problema o de la solución. Recurren a argumentos extremos, en los que, normalmente, se contrapone la libertad de expresión frente a un supuesto coartador de ella. Frases trilladas como: por qué matar al mensajero; la sociedad es la violenta y no el medio; no quieren que hablemos de lo malo; frases como éstas son la excusa para dejar de hacer algo positivo y más provechoso.

Algunas medidas que se podrían tomar, a nivel de medios, sería darle menos prominencia a las noticias de muerte violenta. Es innecesario que la televisión, por ejemplo, nos pase 20 ó 30 minutos de esos hechos en sus noticieros estelares, cuando en 5 ó 7 se podría hacer. Lo misma vale para la radio y los impresos. Si le damos menos prominencia, el público podría dedicar más atención a otros temas. Igual podría hacerse con la condena hacia los gobiernos y las autoridades, variando el enfoque hacia la crítica y la censura más pensada y formativa. Algunos medios hasta parecen ser un partido político que toma parte, en vez de guardar su imparcialidad en el tratamiento noticioso de la información. Para tomar posición están los espacios de opinión.

Nos urge crear modelos a imitar, en todo el aparato cultural de la sociedad. Salvo una que otra figura deportiva o artística, cantante por lo general, el resto poco o nada se destaca. Menos aún en los barrios pobres y marginales, donde el respeto se confunde con el temor, y la admiración de los más pequeños se enfoca en el maleante o el pillo que está en boca de los vecinos y que, cual relevante personaje, los medios destacan con filmes y fotografías.

Vivimos, lamentablemente, en una sociedad que ve ensalzada la violencia en las películas, los programas de televisión, la letra de las canciones, y los hechos cotidianos. Puede más el más fuerte; se impone más quien tiene la mayor capacidad de hacer daño; se aspira a ser temido, para que nadie se meta con uno. Si el otro tiene un cuchillo, yo debo tener un machete; si el otro tiene un revólver, yo debo tener una pistola; si el otro tiene pistola, a mí me toca una ametralladora; y si viene uno con esta última, me consigo una granada. Esa es la mentalidad que impera en el mecanismo de la violencia, y la causa de tanta muerte por bala.

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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