viernes, 11 de abril de 2008

Pico y placa

2008-04-13
A tiro de piedra
Pico y placa

Recientemente leí un reportaje que informa de un posible plan para disminuir el tráfico por las calles de la ciudad capital, que restringirá la circulación de los vehículos, según el número de matrícula, en las llamadas "horas pico" de la mañana y de la tarde; medida que podría extenderse a todo el día.

En principio la acción tiene sabor amargo, pero es comprensible por la situación que vivimos a consecuencia de los tranques. Pensándolo mejor, vemos que su probabilidad de éxito es poca, porque el congestionamiento vehicular obedece más al caos urbano que al tráfico en sí. Dicho en otras palabras: el abuso en la construcción de edificios de alta densidad de ocupantes, en zonas con el mismo número y dimensión de calles y avenidas, ejerce fuerte presión sobre una red vial construida para menor población y actividad que la actual. La solución, por tanto, debe enfocarse desde la perspectiva urbanística más que desde el enfoque de tránsito vehicular.

La operación de "pico y placa" propuesta podría ser útil por un tiempo determinado; pero si continúa el caos urbano, como estamos viéndolo, su utilidad tiene plazo perentorio.

Hace dos décadas supe que en Caracas se adoptó un plan similar, que fue burlado con la compra de un segundo vehículo por muchos venezolanos de la capital del país. En ese tiempo el petróleo les hacía vivir una bonanza económica, que empujaba al consumismo. Aquí no tenemos petróleo, pero hay bonanza económica para un sector de la población que, ya, posee más de un automóvil por hogar. Como veo las cosas, aquí la mayoría de la gente aspira a tener un carro; se financian y venden por montón; y la oferta de autos usados ya muestra vehículos más nuevos y a precios accesibles, que se pueden comprar con matrícula puesta, como para que usted escoja si la quiere con terminación par o non. ¿Será esta la conducta para burlar la medida de "pico y placa"?

Cuando se construyó el metro de Caracas, años después, volví a visitar esa ciudad y me encontré con una situación distinta: muchos dejaban su automóvil en casa, porque era más rápido y económico viajar en el Metro y cambiar, donde no había línea, al metrobus. Ahora también está a prueba Santo Domingo, capital de la República Dominicana, con su nuevo metro. Ya veremos los resultados.

Méjico, Caracas, Madrid, Barcelona, Roma y otras capitales y ciudades que tuvieron el mismo problema que hoy tiene Panamá, lo aliviaron y solucionaron, según el caso, con un sistema de transporte urbano moderno y eficiente, y con medidas urbanísticas adecuadas. ¿Haremos algo parecido? El tiempo nos lo dirá.

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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