2008-04-06
Editorial
Alumnos sin clases
Pronto se cumplirá el mes de haber comenzado el año lectivo y aún hay estudiantes que están sin recibir clases, por causa de los planteles que no reúnen las condiciones de salubridad para que puedan ser ocupados.
Cuidar la salud de los alumnos es importante, pero también lo es su educación. Mientras se acondicionan las instalaciones escolares, las autoridades competentes deben ofrecer opciones para que no se dilate más la enseñanza que debe recibir esa parte de la población estudiantil.
La escuela, más que el edificio, es el conjunto de docentes y estudiantes. Es más provechoso sufrir algo de incomodidad por un rato, que dejar de recibir la instrucción que les ayude a aprender y a desarrollar destrezas que les sirvan para hacerse de una profesión u oficio.
Es obligatorio darle solución al problema, especialmente cuando el interés por el estudio se ve afectado por factores ambientales y sociales que tientan a dejar la escuela. Conviene, de igual forma, establecer un programa de mantenimiento y reparación de los centros educativos que garantice las condiciones de habitabilidad propicias al comenzar el año escolar. Todo va en prestar la atención debida y administrar, con más rigor, el aspecto de la escolaridad que tiene que ver con esa cuestión.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org
Ir a Panorama Católico Edición Digital
Editorial
Alumnos sin clases
Pronto se cumplirá el mes de haber comenzado el año lectivo y aún hay estudiantes que están sin recibir clases, por causa de los planteles que no reúnen las condiciones de salubridad para que puedan ser ocupados.
Cuidar la salud de los alumnos es importante, pero también lo es su educación. Mientras se acondicionan las instalaciones escolares, las autoridades competentes deben ofrecer opciones para que no se dilate más la enseñanza que debe recibir esa parte de la población estudiantil.
La escuela, más que el edificio, es el conjunto de docentes y estudiantes. Es más provechoso sufrir algo de incomodidad por un rato, que dejar de recibir la instrucción que les ayude a aprender y a desarrollar destrezas que les sirvan para hacerse de una profesión u oficio.
Es obligatorio darle solución al problema, especialmente cuando el interés por el estudio se ve afectado por factores ambientales y sociales que tientan a dejar la escuela. Conviene, de igual forma, establecer un programa de mantenimiento y reparación de los centros educativos que garantice las condiciones de habitabilidad propicias al comenzar el año escolar. Todo va en prestar la atención debida y administrar, con más rigor, el aspecto de la escolaridad que tiene que ver con esa cuestión.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
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