2009-12-13
Editorial
Uso abusivo de armas
Muchas son las veces en que hemos advertido sobre la tenencia masiva y el abuso en el uso de armas de fuego, por las consecuencias que acarrea para las personas y la sociedad. Poco caso se ha hecho a este señalamiento, y en otros aspectos, ninguno. Falta, sin duda, mayor acción de la autoridad y más responsabilidad por parte de la población armada.
El reciente incidente protagonizado por el director de un reconocido colegio, vuelve a poner sobre el tapete el tema de la posesión de armas de fuego. En un momento de ira, por un hecho de poca monta, se dispara contra alguien desarmado, con el consiguiente trauma y las consecuencias que el hecho acarrea para la víctima y el victimario.
Larga es la cadena de muertos y heridos que ocasiona el uso abusivo de las armas, en la que se entremezclan los asesinos y delincuentes con quienes, por causa de un acto irracional, también, se hacen criminales sin habérselo propuesto. Triste es la historia de unos y otros, al igual que el saldo de dolor y sangre que dejan como producto de sus actuaciones.
Ojalá el hecho que nos ocupa sirva para apresurar la aprobación de una legislación que controle más la posesión y el uso de las armas de fuego, para disuadir a sus propietarios y a quienes las obtienen de manera ilegal, a que no sean utilizadas con fines aviesos. Quiera Dios que este nuevo llamado no caiga en saco roto.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org
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Editorial
Uso abusivo de armas
Muchas son las veces en que hemos advertido sobre la tenencia masiva y el abuso en el uso de armas de fuego, por las consecuencias que acarrea para las personas y la sociedad. Poco caso se ha hecho a este señalamiento, y en otros aspectos, ninguno. Falta, sin duda, mayor acción de la autoridad y más responsabilidad por parte de la población armada.
El reciente incidente protagonizado por el director de un reconocido colegio, vuelve a poner sobre el tapete el tema de la posesión de armas de fuego. En un momento de ira, por un hecho de poca monta, se dispara contra alguien desarmado, con el consiguiente trauma y las consecuencias que el hecho acarrea para la víctima y el victimario.
Larga es la cadena de muertos y heridos que ocasiona el uso abusivo de las armas, en la que se entremezclan los asesinos y delincuentes con quienes, por causa de un acto irracional, también, se hacen criminales sin habérselo propuesto. Triste es la historia de unos y otros, al igual que el saldo de dolor y sangre que dejan como producto de sus actuaciones.
Ojalá el hecho que nos ocupa sirva para apresurar la aprobación de una legislación que controle más la posesión y el uso de las armas de fuego, para disuadir a sus propietarios y a quienes las obtienen de manera ilegal, a que no sean utilizadas con fines aviesos. Quiera Dios que este nuevo llamado no caiga en saco roto.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
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