martes, 29 de diciembre de 2009

La familia como iglesia doméstica

2009-12-27
Editorial
La familia como iglesia doméstica

Desde antiguo la familia ha sido la base de la sociedad. Clanes, tribus, pueblos y naciones están conformados por múltiples núcleos familiares. Sin familia, difícilmente podría subsistir la sociedad. Seríamos una legión de individuos sin nexos ni intereses comunes, porque sería el individualismo lo que primaría, empujándonos hacia el precipicio de la ley del más fuerte.

La familia, quiso Dios, es el lugar donde se aprende el amor, se aprende la lengua, las costumbres, se transmite la fe. Aunque la familia se forma de la unión de un hombre y una mujer, ella tiene una misión mucho más grande y profunda. Desde el punto de vista de la fe, la familia es la iglesia doméstica en donde se conoce a Dios y se vive la expresión más sublime del sentido de comunidad.

En la actualidad, la institución familiar es atacada con saña y con el aguijón del sofisma de la corriente mundana que busca destruirla. Falsos conceptos de familia quieren imponerse, a través de legalismos y enunciación de supuestos derechos, que no son más que la ponzoña del demonio.

A ejemplo de la Familia de Nazaret, que también vivió la persecución de los príncipes de este mundo, que buscaban su aniquilación, los cristianos enfrentamos el desafío de defender la familia. No con armas ni mentiras, sino con la fe firme en Dios de conformar familias que sean verdaderas iglesias domésticas, para la salvación del mundo y la instauración del Reino de Dios.

Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org

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