2009-09-20
El Ojo del Profeta
La pandemia de la droga
El flagelo de la drogadicción azota a la humanidad con fuerza, especialmente a la juventud. Son pocos los países que se libran de los estragos que ocasiona el abuso de las drogas, cuya variedad abarca desde el alcohol y el cigarrillo hasta la cocaína y los estupefacientes. Millones de vidas se pierden anualmente por esa causa, tanto en la violencia y la sobredosis como en la merma de la capacidad emocional y productiva de los que son víctima de esa pandemia.
Quizá por la idea errada de la libertad, o por la permisividad social, el uso desmedido de las drogas es justificado por ciertos sectores, que superan en acceso a la influencia en la opinión, a la mayoría. El consumo y el tráfico de drogas es dañino para la humanidad, y cada día aumenta el peligro. Es preciso el rechazo de la sociedad, en todas las manifestaciones del producto, y el encauzamiento moral que fortalezca el control social en su contra. Tenemos que aprender a ser verdaderamente libres, si queremos vencer en esta batalla.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org
Ir a Panorama Católico Edición Digital
El Ojo del Profeta
La pandemia de la droga
El flagelo de la drogadicción azota a la humanidad con fuerza, especialmente a la juventud. Son pocos los países que se libran de los estragos que ocasiona el abuso de las drogas, cuya variedad abarca desde el alcohol y el cigarrillo hasta la cocaína y los estupefacientes. Millones de vidas se pierden anualmente por esa causa, tanto en la violencia y la sobredosis como en la merma de la capacidad emocional y productiva de los que son víctima de esa pandemia.
Quizá por la idea errada de la libertad, o por la permisividad social, el uso desmedido de las drogas es justificado por ciertos sectores, que superan en acceso a la influencia en la opinión, a la mayoría. El consumo y el tráfico de drogas es dañino para la humanidad, y cada día aumenta el peligro. Es preciso el rechazo de la sociedad, en todas las manifestaciones del producto, y el encauzamiento moral que fortalezca el control social en su contra. Tenemos que aprender a ser verdaderamente libres, si queremos vencer en esta batalla.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
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