2009-05-10
A tiro de piedra
La zapatilla, la lata y el maletín
En los meses recientes esos tres artículos se han hecho populares, y han despertado el interés y la curiosidad de la gente. Tan populares se han hecho, que donde asomaba uno la cabeza, allí estaban. Tanto los mencionaron, que perdí la cuenta de las veces que escuché de ellos.
Cuando veía la publicidad de los útiles escolares, allí aparecían los maletines. Grande era la cantidad, que hasta las entidades gubernamentales y las empresas, las obsequiaban llenas de cuadernos y lápices. Los almacenes de calzados sacaban todos los estilos de zapatillas para las clases de gimnasia y, también, para los paseos veraniegos. De todos los estilos y colores se ofrecían, con la promesa de acomodarlas en cualquier pie y el uso para toda ocasión. Zapatillas para caminar, correr, jugar y presumir. De tela, de cuero, de vinilo. Zapatillas para todos los gustos y presupuestos. Hasta se podía sacar ventaja al adversario, al jugar a la lata con ellas.
Zapatillas, lata y maletín van juntos en no pocas ocasiones. Los partidos de birria, el fin de semana, ponen de manifiesto lo que digo. En el maletín, la vestimenta y los implementos deportivos. En la hielera, cualquier cantidad de latas. Las hay de soda, de jugo, de cerveza, de cuba libre, de malta y de maltín, y de otras bebidas. Completa el trío las zapatillas; ya sea para jugar, o sólo para presumirlas. Nunca faltan.
Los sábados, cuando salen de trabajar los obreros, los ve uno con su maletín al hombro y calzados con sus zapatillas de marca, en pos de una lata de cerveza. Los más sedientos hasta la encargan y salen con ella de la mano. Es un trío que va de aquí para allá, en la capital o el interior. Zapatilla, lata y maletín, juntitos se marchan al pindín.
El panameño moderno parece haber adoptado esta tripleta. El viernes se ha convertido en día informal en múltiples oficinas, y se llega a trabajar en suéter y zapatillas. Los que toman la tarde para ejercitarse en el parque o el gimnasio, las transportan en un maletín durante el resto de los días. Los que acostumbran a reunirse al final de la jornada semanal, se echan su maletín al hombro y, orondos y bien enzapatillados, llegan al bar y, entre lata y lata, comentan del acontecer cotidiano.
Dicen que las zapatillas son prácticas y cómodas; pero eso no se cumple en todos los casos. Un tío de mi mamá, que tenía juanetes, les abría huecos por los lados internos del pie, para que no lo torturaran. Un muchacho del barrio se paseaba con un maletín, todas las tardes, hasta que le descubrieron que dentro llevaba los objetos malhabidos que hurtaba de las casas donde lo dejaban entrar. Y el vecino que trabajaba como “bar tender” en los bailes populares, siempre traía una colección de latas de soda y cerveza, que el domingo repartía entre los inquilinos de la vecindad.
Tan alto han llegado la zapatilla, la lata y el maletín, que hasta han alcanzado fama más allá del conglomerado popular, convirtiéndose en venerados productos del entorno político; aunque, en esto, han sido dicha para unos, y desdicha para otros.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
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2009-05-10
Editorial
Jornada cumplida
Salvo por algunos detalles hemos completado el proceso electoral, con una participación amplia de la población votante. En gran medida, también, se realizó el ejercicio del sufragio, en total orden y civismo. Con las excepciones de algunos incidentes en el traslado de unas cuantas actas y en el recuento de votos, tanto la actuación de los funcionarios electorales y de los representantes de los partidos, como los comicios se desenvolvieron de manera prístina y honesta.
El voluntariado electoral del pueblo panameño, que se constata en los delegados electorales, los miembros y jurados de mesa, y los observadores de la Iglesia Católica, representa un ejemplo altruista e imitable para la nuestra y las demás naciones de la región.
Queda ahora esperar la transición ordenada del gobierno, la espera paciente para asumirlo, y el ejercicio de una gestión gubernamental que, en los próximos 5 años, haga válidas y reales las principales promesas que motivaron a la ciudadanía a darle poder y mandato a quienes eligió como autoridades y gobernantes.
Confiamos en el cumplimiento de la palabra empeñada por nuestra clase política. Confiamos en el respeto mutuo que deben prodigarse los políticos del oficialismo y de la oposición. Pero más aún, confiamos en el ejercicio honesto, auténtico y diligente del papel y las funciones que le corresponde desempeñar a cada quien, se fíe de Dios y cumpla, fielmente, con su deber de persona de bien y ciudadano ejemplar.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
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2009-05-10
El Ojo del Profeta
Voto igualitario
El sufragio universal es una institución que garantiza la participación ciudadana en condiciones de igualdad y secreto, bajo el principio del derecho que le asiste a toda persona apta para ejercerlo, sin discriminación de condición étnica, social, política, sexual, o de creencia. Una persona, un voto.
Nuestro país ha dado pasos importantes en esta elección, para incorporar a ciudadanos, hombres y mujeres, que antes eran marginados por vivir en el extranjero, por estar detenidos en prisión, por verse recluidos en el hospital, o por, simplemente, tener limitaciones para desplazarse a causa de alguna discapacidad o edad avanzada. A ellos les hemos reconocido, en teoría y práctica, el derecho de ejercer el sufragio, para su incorporación plena al seno de la sociedad ciudadana. Aún faltan otros aspectos, para lograr un ejercicio real de la democracia participativa, y esperamos que, para la próxima ocasión, se den otros pasos firmes hacia el progreso de la democracia que queremos construir.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
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2009-05-03
La Voz del Pastor
El Buen Pastor
Amados hermanos y hermanas en el Señor, hoy día del Buen Pastor, nos han solicitado reflexionar sobre la figura del Buen Pastor en nuestro tiempo. Es importante tomar consciencia de los procesos que lleva nuestro mundo y en todos los ámbitos de la sociedad y de la cultura se ha ido asumiendo en lenguaje y la literatura eclesiástica para dar a conocer aspectos que son propios de la vida laical en términos eclesiales. Es por esto que debemos tener cuidado, a la hora de asumir nuestro propio lenguaje de situarlo en el verdadero contexto eclesial y vivirlo desde lo que Dios nos propone cada día.
La figura del Buen Pastor la asumió Jesús, desde el Antiguo Testamento, como una realidad y figura muy propia de su persona. Jesús, desde el momento de su encarnación, es, actúa y vive como protagonista y consorte de toda la historia humana. Las diversas analogías empleadas por Él para indicar su propia realidad se pueden resumir en la de Buen Pastor. Esta figura indica su ser más profundo de Hijo de Dios hecho hombre, “ungido” y “enviado” por el Padre y por el Espíritu Santo. El obra como Buen Pastor: llamando, guiando, conduciendo a buenos pastos, defendiendo, es decir, anuncia la Buena Nueva, se acerca a cada ser humano para caminar con Él y para salvarlo integralmente. Finalmente vive hondamente el estilo de vida de Buen Pastor, que “conoce amando” y que “da la vida por las ovejas”, como donación sacrificial según su misión y mandato recibido del Padre.
Las actitudes internas de Cristo Buen Pastor arrancan de su ser y se expresan en su obrar comprometido. Su interioridad es un camino o vida de donación total: “camidad en el amor, como Cristo nos amó y se entregó por nosotros en oblación y sacrificio” (Ef. 5,2)
El amor del Buen Pastor a toda persona humana en su integridad, porque Él es “el plan de vida… para la vida del mundo” (Jn 6, 48-51). Su “pascua” hacia el Padre se realiza por medio de esta donación sacrificial que es pacto de amor o Alianza sellada con su sangre, como máxima manifestación del amor de Dios a todos los hombres. Jesús realiza la redención por medio de esta entrega de caridad pastoral inmolativa: “por eso el Padre me ama, porque doy mi vida para tomarla de nuevo… tal es el mandato que he recibido del Padre” (Jn 10, 17-18).
Esta realidad de Cristo Buen Pastor continúa siendo actual, no sólo por unos hechos y un mensaje que son siempre válidos, sino principalmente por la presencia de Cristo resucitado en la Iglesia y en el mundo. Cristo fue y sigue siendo responsable de los intereses del Padre y de los problemas de los hombres como protagonistas y consortes de su historia.
Viendo la figura del Buen Pastor en el ministerio sacerdotal, podemos decir que éste es signo transparente del Buen Pastor. El testimonio de caridad pastoral, que es parte integrante de la evangelización, supone relación personal con Cristo, seguimiento e imitación de sus actitudes de Buen Pastor. “En virtud de su consagración, los presbíteros están configurados con Jesús, Buen Pastor, y llamados a imitar y revivir su misma caridad pastoral” (PDV 21). El Buen Pastor conoce a sus ovejas, las guía acompaña, ama y da la vida por ellas (cf. Jn 10). El sacerdote no se pertenece; ha sido llamado para ser signo de cómo ama el Buen Pastor. Este signo, como transparencia de su caridad, no admite rebajas en la santificación y en la misión. Los doce apóstoles fueron llamados a dejarlo todo para compartir la vida con Cristo y para evangelizar sin fronteras.
Ahora bien en cada iglesia particular los sacerdotes ministros deben ser la pauta de toda vida apostólica de seguimiento radical de Cristo Buen Pastor.
Por eso, en esta fiesta especial, nosotros los miembros de este sagrado orden no podemos asumir con ligereza nuestra misión ministerial, ya que, como don de Dios, hemos asumido un compromiso con Cristo y con la Iglesia, llevando adelante la misión de Buen Pastor, aunque nos sintamos atraídos por otras realidades más llamativas y que nos hacen vivir otro tipo de protagonismos que no son coherentes con la llamada que hemos recibido por parte del Señor. Nuestra misión es real y concreta y no podemos dejarla de lado, ya que somos los únicos que debemos realizar esta obra, llevándola hasta las últimas consecuencias con nuestra propia vida. Esto parecería inhumano a los ojos humanos, pero es el proyecto que Jesús nos propuso y que nosotros, con libertad de espíritu, hemos asumido y pienso que es un deber moral el llevar adelante nuestro proyecto, que es el proyecto de Jesucristo Buen Pastor.
Yo invito a todos los fieles a elevar nuestra plegaria a Dios para que quienes hemos recibido la misión de ser Buen Pastor, seamos fieles, coherentes y honestos en nuestra misión para que la Iglesia siga manifestándose como signo de la misión que Jesús nos pudo en nuestras manos.
Mons. Pedro Hernández Cantarero
Obispo del Vicariato Apostólico de Darién
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2009-05-03
A tiro de piedra
Libertad de prensa
El 3 de mayo de 1991 un grupo de periodistas africanos que participaban de un seminario auspiciado por la UNESCO, en Windhoek, capital de Namibia, promulgó una declaración a favor de la libertad de prensa y de la liberación de decenas de periodistas encarcelados en África, y propusieron la creación del Día Mundial de la Libertad de Prensa, acogido dos años después por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Recuerdo que ese mismo año de 1993, recién aprobado el día mundial, conversaba con Indalecio Rodríguez, antiguo profesor mío de periodismo, amigo, y uno de mis maestros en este oficio, sobre el acontecimiento de Windhoek y la decisión de la ONU. A la sazón me desempeñaba como presidente de la Asociación de Comunicadores Católicos, y decidí celebrar la fecha con algunos periodistas. Lo hice por algunos cortos años, hasta que, en una conversación con el colega y amigo Fernán Molinos, siendo él presidente del Forum de Periodistas, y yo, por entonces, presidente del Colegio Nacional de Periodistas, acordamos celebrar en fechas distintas la premiación anual de los periodistas del patio. Yo le sugerí la fecha del 3 de mayo, y el Colegio Nacional de Periodistas se quedó con la del 13 de noviembre, Día del Periodista en Panamá. Así cobró más realce la fecha del 3 de mayo en nuestro país.
Como tenemos elecciones generales el día 3 de este mes, la fecha quizá pase desapercibida para muchos. Para otros, sin embargo, no será así. El acontecimiento de Windhoek tiene, al menos, tres aspectos claros: defensa de la libertad de prensa; defensa de la vida y del ejercicio libre de la profesión periodística; y la independencia del periodismo frente a la injerencia gubernamental y el poder económico que intentan someter y controlar a los medios de comunicación.
La declaración de Windhoek expresa el sentir de cada periodista que ama su profesión. No se limita al poder de los gobiernos, sino que rechaza, también, el poder del capital privado que manipula y controla la información y los medios. Es un instrumento hecho por periodistas africanos, que representan, principalmente, a los periodistas del tercer mundo, donde el riesgo de ejercer la profesión es mayor, tanto en la propia vida como en la estabilidad laboral.
Si queremos una prensa libre tenemos, forzosamente, que defender el equilibrio que debe existir entre los poderes político y económico frente al derecho a la información y el ejercicio de un periodismo libre. Es necesario que se permita la asociación de los periodistas, principalmente en sindicatos, para evitar que el poder económico manipule la información a su antojo. Bastante hemos avanzado en la defensa de la libertad de prensa, pero mayormente favorece a los propietarios de los medios. Falta la otra parte, con la que aún estamos en mora. Sin periodistas libres, no habrá, nunca, prensa libre.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
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2009-05-03
Editorial
3 de mayo
Nos abocamos en esta fecha a renovar las autoridades de la república, con la firme esperanza que nuestro pueblo demostrará su civismo y su vocación histórica de concordia y fraternidad; todo esto exigencia moral para cada ciudadano y, también, para la sociedad política panameña.
El camino de la democracia implica, en su dura marcha, mantener el paso firme en el sendero del respeto a la voluntad popular, a las ideas del contrario, y a los principios y valores sobre los que se forjó la nación. Desviarse de esa ruta supone, entre otras cosas, la traición a los ideales que dieron vida a la nación, y el desprecio a las virtudes que sustentan la conciencia de todo hombre y mujer que se considere ser humano a plenitud.
Lo que hemos pedido con insistencia en los largos meses que ha durado esta campaña política, lo reiteramos: que haya paz y concordia entre todos los electores, que los líderes de los partidos den el ejemplo de civismo y tolerancia que se espera de ellos y sus seguidores, y que podamos tener una jornada electoral civilizada y ejemplar en todo sentido.
Que nada empañe esta jornada del 3 de mayo, en lo que respecta a la obra y el comportamiento humanos. Que los triunfadores acepten con humildad el mandato que les da el pueblo, y que los perdedores reconozcan el resultado electoral con hidalguía y valentía. Eso anhelamos y eso esperamos de nuestra clase política, como primer compromiso electoral a cumplir.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.org
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2009-05-03
El Ojo del Profeta
Peligro sanitario
La rápida propagación de la gripe porcina detectada en México, que ya ha causado varias muertes, ha puesto en alerta a los organismos de salud internacionales. El riesgo que se corre de que pueda convertirse en una pandemia, con consecuencias devastadoras para el mundo, es alto y entraña peligro. Incrementar al máximo posible las medidas sanitarias es, al menos, lo que cada estado y habitante de la región debe hacer, para salvaguardar la propia salud y la de sus vecinos.
Desde antiguo, las pestes y plagas han hecho estragos en la humanidad. Tanto los relatos bíblicos como la historia mundial dan cuenta de los efectos nocivos de tales hechos. Basta recordarlos, para imaginarnos a lo que nos enfrentaremos, si por desidia o por indolencia dejamos de colaborar en la prevención de la propagación del virus de la gripe porcina. Tomemos conciencia y cumplamos con el deber cristiano, y humano, de contribuir con las medidas sanitarias que se nos pide en este caso.
Luis Alberto Díaz
Director de Panorama Católico
diazlink@primada.orgIr a Panorama Católico Edición Digital